Cualquier día podríamos encontrarnos esta frase en un periódico como un artículo más, y aun así ni nos extrañaría, habría incluso diputados y académicos que avalarían dicho artículo. Juzgando a todo un país en base a sus visiones corrompidas por periodos más oscuros de nuestra historia que se alejan de la realidad de la nación. Sería digno para una parodia del Polonia o de Vaya Semanita si no fuera porque eso es lo que ocurrió el pasado día 15 en una entrevista a Aitor Esteban, el portavoz del PNV que nos otorgó con la primera investidura una buena tanda de referencias fílmicas con la programación de la ETB.
Bajo otras palabras más suaves llevó la esencia de dicha frase al público, “la sociedad española no esta preparada para un referéndum de autodeterminación”. Curiosa frase para describir una sociedad que se posicionó a favor de la descolonización y bajo una dictadura otorgó un referéndum de independencia a Guinea Ecuatorial y en la que sus ciudadanos decidieron sobre la constitución de las comunidades que hoy día han servido para cimentar las bases de nuestro sistema territorial.
El planteamiento del PNV, bajo su razonamiento propio y segregador, hace un planteamiento de separación entre la sociedad española y la sociedad vasca, estableciéndose ellos mismos como una derecha representativa de un pueblo avanzado que relega sus deseos de independencia en favor de la convivencia con el resto del Estado. Siendo el titular la parte que mejor me sienta de dicha entrevista en comparación con el resto.
No hay misterio alguno en las intenciones del PNV. Va siempre con la hoja de ruta a plena luz, molestándose tanto en ocultarlo como el PP y el PSOE en negarlo. Ahora no buscan la independencia, buscan sangrar las arcas del Estado con una balanza favorable a su favor, no solo por sus singularidades históricas, sino aprovechar la necesidad estatal para obtener un régimen propio de Seguridad Social. Lo que se viene a resumir: romper el principio de igualdad entre todos los españoles con el fin de lograr una mayor gestión que les permita competir en régimen de ventaja contra el resto de España. ¿Dónde irán las empresas si el PNV puede rebajarles costes en las contribuciones? ¿Cuántos territorios querrán aprovecharse de lo mismo? Por no hablar del efecto dominó que esto provocaría, de nuevo la situación del café para todos, pero jugando con las pensiones, una segunda descentralización que terminaría de vaciar las competencias del Estado, así como la quiebra del sistema de solidaridad.
En ese punto, ¿la sociedad española se opondría a su independencia? La respuesta, por desgracia es obvia. Si a día de hoy, con unas instituciones centralizadas en torno a las capitales regionales y solo unos retazos de las españolas, la aceptación por otorgar las reclamadas independencias ha llegado a calar tanto que la cuarta fuerza política en el Congreso, y ahora en el Gobierno, defiende la independencia de todas las autonomías que se definen como nacionalidades.
A diferencia de lo que diga el señor Esteban, la sociedad española sí que esta preparada para cualquier tipo de referéndum como la sociedad democrática que es, lo que no está es dispuesta a que se le robe su soberanía, ni los principios sobre los que se ha construida dicha sociedad. El pueblo español siempre se negará a la independencia de cualquier territorio por el simple hecho que eso supondría la ruptura de la sociedad en favor de una corriente política y bajo esta tierra al sur de los pirineos nadie es más que nadie.

Juan José A. Domenech Muñoz
Representante local del PSOE en Móstoles