La Fundación DENAES para la defensa de la Nación Española, tiene desde su origen, la pretensión de recuperar e impulsar desde la sociedad civil el conocimiento y la reivindicación de la Nación Española; su realidad histórica, política, social y cultural. Partiendo de esta base, nuestros objetivos fundacionales pueden resumirse de la siguiente manera:

El cultivo del patriotismo, y la afirmación de España como Nación

El patriotismo es un sentimiento sano y natural, normalizado en cualquier país de nuestro entorno, que no denota ideologías ni posicionamientos partidarios. El patriotismo es necesario para la cohesión de cualquier sociedad.

El fomento de la cohesión de la sociedad española, y de un gran acuerdo de los grandes partidos españoles en torno a la unidad de España y a la fortaleza del Estado español.

Los grandes partidos con presencia en todo el territorio nacional, los únicos con capacidad para alcanzar el Gobierno de la Nación, han de suscribir un acuerdo estructural -no perecedero- en torno a cuestiones tales como la integridad territorial de España y la fortaleza política del Estado español.

La movilización social de los españoles en defensa de la dignidad de la Nación española y de su inquebrantable unidad territorial y social.

La dignidad de la Nación Española y su indisoluble unidad merecen ser defendidas por el conjunto de la sociedad española mediante todos los métodos legítimos, entre los que lógicamente se encuentran las movilizaciones sociales y manifestaciones populares.

La vigilancia del cumplimiento de la legalidad en lo relativo a los símbolos nacionales, y el derecho de todos los ciudadanos españoles a no ser discriminados por razón de su lengua en todo el territorio nacional.

El respeto a los símbolos de una nación da la medida de su fortaleza. Los símbolos (escudos, banderas, himnos, etc.) no son un mero elemento folclórico. Simbolizan a la nación y cuando son atacados se pretende la humillación o la vejación de ésta. Por ello, merecen ser defendidos con convicción y vehemencia. Porque una nación sin símbolos, o que no defiende sus símbolos, deja de ser una nación.

La defensa del derecho de los españoles a que se respeten escrupulosamente los principios constitucionales, sin que los residentes de ninguna comunidad autónoma puedan suplantar la soberanía nacional usurpando decisiones que sólo competen al conjunto de los españoles.

Las reformas de nuestra Constitución son posibles, en diferentes sentidos, pero no son legales ni legítimas sin respetar sus procedimientos de reforma. Una comunidad autónoma no puede alterar de facto nuestra Constitución con la aprobación de un Estatuto anticonstitucional, por mucho que lo apruebe una mayoría en las Cortes. Los ciudadanos españoles tienen derecho a la celebración de un plebiscito nacional cuando la modificación de la Constitución Española está en juego.

La defensa y promoción del español, lengua común de toda la Nación, como elemento de cohesión social y garantía de igualdad entre todos los españoles en su trato con la Administración.

También merecen ser defendidas, en sí mismas, y de su utilización política las otras lenguas de España que, junto con el común y universal español, son patrimonio de las diversas regiones españolas y del conjunto de la Nación.

La promoción y el desarrollo de estudios e investigaciones sobre la historia de España, la lengua española y la realidad de la Nación Española.

El conocimiento de nuestra Historia es fundamental para comprender la realidad nacional de la España de hoy; pero también para que esa realidad pueda ser preservada, fortalecida y mejorada en el futuro.