Es una nueva muestra de que ETA sigue haciendo lo que ha hecho siempre: chantajear, amedrentar y coaccionar a los españoles.
20-08-2006-ABC
«El PSOE urde un pacto postelectoral en Navarra que sería una inmoralidad atroz y una vergüenza». Con esta contundencia expresó el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, en una entrevista con Europa Press, sus «sospechas muy fundadas» de que los socialistas buscarán alianzas con «los que quieren que Navarra deje de ser Navarra y pase al País Vasco».
Para disipar este temor, el líder popular exigió al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que se comprometa a que no establecerá ninguna coalición después de las próximas elecciones al Parlamento Foral con los nacionalistas del PNV, EA, Batzarre y Aralar o Batasuna. «Si se comprometiera en este sentido estaríamos más tranquilos», sentenció. En este asunto, aseguró que el PP jamás formará parte de ninguna coalición con los partidos que «quieren que la Comunidad Foral deje de ser Navarra», ya que sería la «gran vergüenza nacional y serían muchos los españoles que no lo iban a aceptar de ninguna manera».
Los ataques de Rajoy a la negociación del Gobierno con ETA continuaron con referencias al comunicado que los terroristas hicieron público el pasado viernes, al que calificó de «un nuevo chantaje» de la banda a la sociedad española. «Es una nueva muestra de que ETA sigue haciendo lo que ha hecho siempre: chantajear, amedrentar y coaccionar a los españoles», añadió.
Las dudas de los españoles
A juicio del jefe de la oposición, «cada vez que ETA-Batasuna habla, los españoles tenemos más dudas sobre las actuaciones del presidente del Gobierno». Por ello, considera «imprescindible» que Zapatero «explique a los españoles, con la máxima urgencia, qué ha acordado con ETA y si tiene compromisos con los terroristas».
A este respecto, Mariano Rajoy recordó la conversación que mantuvo con el presidente del Gobierno cuando se reunieron en La Moncloa el pasado 28 de marzo, en la que le dijo que era un enorme error darle nada a ETA si no dejaba antes las armas. «Ni negociación política, ni legalización de Batasuna; había que apoyar a las víctimas y el Estado de Derecho seguir funcionando», rememoró.
La mayor preocupación de Rajoy es que «el chantaje al que ETA somete al Gobierno sea aceptado en todo o en parte» por el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero. De este modo, emplazó al Gobierno a que exiga a la banda su disolución y su abandono definitivo de las armas.
La posible legalización y participación en las elecciones autonómicas y municipales de 2007 de Batasuna también fue comentada por Rajoy. «ETA quiere todo, pero lo que más desea ahora es que Batasuna se presente a las elecciones», señaló, para añadir que «tendríamos dos ETAS: una que seguirá pegando tiros y otra que ya sería legal, estaría en las instituciones y para negociar tendría el apoyo de la otra ETA, que estaría detrás con las pistolas».
Para el presidente del PP, la legalización del brazo político de los terroristas sería volver seis o siete años atrás y supondría romper un consenso básico de la sociedad española.
A este respecto, Rajoy calificó las intenciones del Ejecutivo de «disparate y suicidio del Estado que no se puede aceptar de ninguna manera». Asimismo, demandó a Zapatero que recupere «la política de firmeza democrática» en la lucha contra ETA recogida en el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo.
El jefe de la oposición también arremetió contra el Fiscal General del Estado, Cándido Conde-Pumpido, al que acusó de proteger en numerosas ocasiones a Batasuna en lugar de defender los intereses de los españoles. «Toda la actitud de la Fiscalía es inaceptable», señaló. A su juicio, la Fiscalía, como ministerio público, debería acusar en nombre de todos y defender los intereses generales del Estado.
Por último, Rajoy tampoco renunció a continuar con la campaña de manifestaciones y movilizaciones «si el Gobierno da pasos en la mala dirección en esta materia».