«España es el problema, y al-Andalus la solución», vino a defender Obama, situando a España, de nuevo, en el punto de mira de la amenaza yihadista.


obamasomali.jpgEn la sura III de El Corán, titulada La familia de Imrán, se describe la batalla del Islam contra el infiel y en ella se dice lo siguiente: «A quienes no creen los atormentaré con un duro castigo en esta vida y en la última. No tendrán auxiliares» (aleya 56); «Esto es una demostración para los hombres; una guía y una exhortación para los piadosos: no desfallezcáis ni os pongáis tristes, pues vosotros sois los superiores, si sois creyentes. Si os molesta una herida también una herida similar molestó a la gente infiel. Esos días los hacemos suceder entre los hombres, a fin de que Dios sepa quiénes creen y escoja, entre vosotros, testigos -¡Dios no ama a los injustos!-, con el fin de probar Dios a quienes creen y aniquilar a los infieles» (de la 138 a la 141); la aleya 151 dice claramente: «Arrojemos en los corazones de quienes no creen, el terror por haber asociado a Dios aquello a lo que no se concedió poder. Su refugio será el fuego. ¡Qué mala es la morada de los injustos!» (El Corán, según la versión de Juan Vernet, Ed. Planeta).

Por supuesto obviando estos fragmentos (y otros que van en tal sentido), el flamante nuevo presidente de los EE.UU, Barack Obama, ha querido tender puentes entre el Occidente cristianizado y el Oriente coranizado apelando a la célebre «tolerancia», según parece, practicada suponemos en la «Andalucía» y Córdoba medievales, y lo ha hecho pontificando desde la Universidad islámica de El Cairo (cuna, por cierto, del movimiento yihadista de los «Hermanos Musulmanes»). Así, dando muestras de un analfabetismo histórico realmente sobresaliente (lo que es muy sorprendente para un hombre suponemos rodeado de consejeros), y siendo incapaz en su discurso de fijar el período al que apelaba (y que, sin embargo, todo el mundo reconoce, gracias sobre todo a las advocaciones de Bin Laden en el mismo sentido), Barack Obama volvía a situar en «Al-andalus» la solución para todos los problemas derivados del fundamentalismo islamista: digamos que la «insidiosa reconquista», esto es, España, barrió una «civilización» que, de nuevo, hay que restaurar para solventar los problemas que condujeron al derribo de las Torres Gemelas y la voladura de los trenes en Atocha. Dicho de otro modo y parafraseando al clásico: «España es el problema, y al-Andalus la solución», vino a defender Obama, situando a España, de nuevo, en el punto de mira de la amenaza yihadista.

Obama recitó, por lo visto de memoria, las enseñanzas coránicas que recibió en las madrazas indonesias donde se inició en la fe musulmana (aunque, al parecer como protestante, accedió a su cargo de presidente jurando la Biblia). Por supuesto, practicando el «pensamiento Alicia» de un modo canónico, obvió las aleyas por nosotros destacadas que hablan del tratamiento a los «cafres» por partes de los musulmanes, puesto en práctica, por cierto, en ese al-Andalus «armónico», tanto contra judíos como contra mozárabes cristianos. Uno de esos cristianos liquidados en al-Andalus, cuyos restos descansan en la Catedral de Oviedo fue el «mártir mozárabe», San Eulogio, decapitado por las autoridades de la «tolerante» Córdoba.

La onomástica de San Eulogio es, justamente, el día 11 de Marzo. Curiosamente las aleyas que hemos citado al principio fueron el contenido de la cinta magnetofónica hallada en la famosa furgoneta Renault Kangoo encontrada, a su vez, en la estación de Alcalá de Henares un 11 de marzo de 2004, día de San Eulogio de Córdoba.
Islam quiere decir «paz», la paz del sometido a la ley coránica… Todo muy armónico.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA