Texto del observatorio de la Nación para abril de 2015


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OBSERVATORIO DE ABRIL

Estimados amigos:

El tema del Observatorio de este mes está directamente relacionado con una de las amenazas formales para nuestra Nación que cobra la mayor actualidad e intensidad: se trata del yihadismo en sus más diversas formas, entendida la yihad como obligación de todo musulmán de luchar y resistir contra los cafres cristianos, entre los que nos encontramos, y con mayor razón en el caso de la Nación Española, pues bajo la forma de recuperación del idealizado y mitificado territorio de Al Andalus, de la España que en tiempos medievales fue musulmana, la amenaza islamista cobra mayor fuerza en una época en la que el ideal de restaurar el califato bajo la forma de Estado Islámico ha cobrado realidad efectiva.

Como es bien sabido, la plataforma Stop ISIS, cuyo portavoz es precisamente Santiago Abascal, miembro del Patronato de nuestra Fundación, ha realizado toda una serie de actos que pretenden llamar la atención sobre la amenaza que implica para la Nación Española el yihadismo. El último de ellos tuvo lugar el pasado jueves 23 de Abril, con un acto celebrado en Córdoba bajo el título de «El mito de las Tres Culturas» en el que participaron el Presidente de nuestra Fundación, Gustavo Bueno Sánchez, el historiador Fernando Paz y el arabista Serafín Fanjul. En dicho acto se desmintió la presunta convivencia de las tres culturas, señalando algo esencial para entender nuestro presente: los musulmanes de Al Andalus redujeron al carácter de ciudadanos de segunda clase tanto a cristianos como a judíos, a quienes «toleraron» mientras aceptasen sumisamente su inferior condición.

De hecho, este debate, enmarcado dentro del ciclo de conferencias «Córdoba, ante el reto del multiculturalismo», no puede ser más oportuno pues justo este martes el ex Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, de infausto recuerdo para quienes propugnamos la defensa de la Nación Española (recordemos sus componendas con el terrorismo separatista vasco de ETA y su colaboración necesaria para la aprobación del Estatuto que incluye la definición de Nación para Cataluña), que más de una década después de experimentar la revelación de la Alianza de Civilizaciones que justificaba el terrorismo yihadista a partir de ridículos argumentos, ha inaugurado en Granada una «Cátedra de Estudios de la Civilización Islámica y Renovación del Pensamiento Religioso».

La inauguración de semejante institución, enmarcada precisamente dentro de esa idealizada Al Andalus y el mito de la convivencia de las Tres Culturas, no puede ser más imprudente justo en el momento en el que la amenaza yihadista se cierne sobre Europa bajo la forma definida del Estado Islámico de Iraq y Siria (cuyas filas han engrosado además un número importante de españoles islamizados), además de agudizarse el odio y producirse asesinatos masivos de cristianos en el mundo musulmán. Un Zapatero que, no lo olvidemos, recientemente reeditó su traición a la Nación Española al participar en un foro en Marruecos en el que, al igual que cuando era líder de la oposición, volvió a fotografiarse junto a un mapa en el que aparecen como parte del reino alauí territorios tales como el Sahara español, Ceuta, Melilla, las Islas Canarias y demás plazas de soberanía que a día de hoy son españolas.

Además de estas cuestiones, no conviene olvidar que enemigos de la Nación Española como son el ya citado yihadismo y el separatismo catalán han estrechado vínculos recientemente. Si la Generalidad catalana, después de prohibir las corridas de toros en Cataluña, ha anunciado que convertirá la Plaza Monumental de Barcelona en una mezquita, como si se tratase de la Catedral de Córdoba que la Junta de Andalucia, en honor del proverbial sectarismo que caracteriza al PSOE dirigido por Susana Díaz, pretende expropiar para convertirla en una mezquita y permitir solamente el culto musulmán en ella, ahora las alarmas se han disparado al verificarse que varios yihadistas detenidos recientemente en Barcelona mantenían importantes vínculos con organizaciones ligadas al separatismo catalán; tal es el caso de la Fundación Nous Catalans, que conectó con sujetos muy cercanos al salafismo y al yihadismo; concretamente, el año 2012 Ángel Colom, de la Fundación Nous Catalans, compartió presencia en el Parlamento Catalán con Nouredinne Ziani, por aquellas fechas presidente de la Unión de Centros Culturales Islámicos de Cataluña (UCCIC), en un acto en el que ambos ejercieron de anfitriones de varios musulmanes radicales que compartieron nociones de soberanismo y de Islam en la institución autonómica catalana. Hoy Nouredinne Ziani ya no reside en España: fue expulsado por las fuerzas de seguridad al comprobarse que sus vínculos con el yihadismo constituían una amenaza para la seguridad de nuestra Nación.

No debemos olvidar que la Generalidad de Cataluña, mientras ha sido gobernada por partidos extravagantes antiespañoles, ha sido muy selectiva con la inmigración que llegaba a esa parte de España. Su objetivo principal ha sido frenar en lo posible la llegada de inmigrantes de origen hispanoamericano, cuya lengua materna es el español y por lo tanto no verían interés alguno en aprender la lengua vernácula catalana, y fomentar hasta extremos delirantes la llegada de inmigración musulmana, ésta más proclive a «normalizarse» en la lengua catalana. Claro está que el precio de semejantes políticas sostenidas en el tiempo durante décadas han supuesto poblar Cataluña de mezquitas y la llegada de elementos yihadistas potencialmente muy peligrosos. Pareciera que los separatistas catalanes, a fuerza de dejar de ser españoles a cualquier precio, no vean ningún problema en adoptar una identidad musulmana una vez consumada en un futuro indefinido la independencia de Cataluña.

Puestas estas bases, cabría preguntarse: ¿qué acciones debe adoptar, además de las policiales, el Gobierno de la Nación para frenar esta firme solidaridad entre el islamismo radical y el separatismo antiespañol? ¿Es suficiente la denuncia del mito de Al Andalus para frenar la oleada de panfilismo proislamista que alimentan muchos españoles?