Alemania y Austria, como ya hizo Francia, acusan al Gobierno español de crear un «efecto llamada».


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Tampere (Finlandia)- Una «implicación especial» de los países de la UE para frenar la oleada de cayucos que llegan a las costas canarias. Eso es lo que buscaba ayer en Tampere (Finlandia) Alfredo Pérez Rubalcaba en la cumbre informal de ministros de Justicia e Interior de la Unión. Sin embargo, lo que el titular del departamento español de Interior cosechó fueron más críticas a la política migratoria del Gobierno de Zapatero y, en especial, hacia su proceso de regularización en la misma línea de las vertidas la pasada semana por el ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy.

Unas críticas duras y sorprendentes a partes iguales, pues si la semana pasada la canciller alemana, Angela Merkel, expresaba tras reunirse con el jefe del Ejecutivo que el problema de la inmigración no era sólo español y que había hablado con Zapatero de las «posibilidades de cómo apoyarnos mutuamente» y buscar la cooperación para combatir la inmigración ilegal, ayer, el presidente de la Confederación de Ministros de Interior de Alemania se desmarcó totalmente de tal tesis. Gunther Bechstein cuestionó las demandas españolas de más medios a la UE para hacer frente a la inmigración ilegal. «Es evidente que la gente de Canarias no puede asumir esto sola, pero con toda España no debería tener grandes problemas», manifestó Bechstein, miembro de la CSU, el partido socialcristiano de Baviera aliado de la CDU de Merkel. «España no se va a hundir por 20.000 o 25.000 hombres que lleguen a Canarias», remachó Bechstein, que recordó que Alemania recibió hace años a 448.000 refugiados de golpe y que tuvieron que afrontarlo ellos mismos. «Lo hicimos con problemas, pero lo hicimos», argumentó, tras dudar de que quepa una solución europea porque, a su modo de ver, sólo generaría más burocracia.

El ministro alemán se mostró a favor de que la UE intervenga para negociar acuerdos con los países africanos dnode se origina la inmigración y reforzar la Agencia Europea de Fronteras (Frontex), pero en contra de financiar a los países miembros que afrontan el problema. En este sentido, adelantó que si se decidiera aportar recursos comunitarios, Alemania también los pediría para gestionar a los inmigrantes que están en el país.

También la ministra austriaca de Justicia, Karim Gastinger, consideró que la solución al asunto de la inmigración ilegal no es legalizar a los inmigrantes, porque esto provoca un «factor de empuje» en los países de África, «como desgraciadamente hemos visto en los últimos tiempos». «Es una señal equivocada», declaró Gastinger a la prensa.

Paradójicamente, en una entrevista publicada por el diario francés «Le Figaro», el comisario de Seguridad, Libertad y Justicia de la UE, Franco Frattini, había subrayado la necesidad de pasar «de las palabras a los actos» en la solidaridad de los países de la unión frente al problema de la inmigración ilegal. «Debo convencer a los estados miembros de que su solidaridad es necesaria. Los Veinticinco deben ser solidarios, ya que un inmigrante ilegal que logra pasar las fronteras de España o de Italia se puede trasladar en un día a Lille (Francia) o a Hamburgo (Alemania)», manifestó.

Eso, solidaridad, fue, precisamente, lo único que ofrecieron los ministros al término de la reunión, pues no ofrecieron ayudas concretas para solucionar la crisis.

Dinero suficiente

Si España no está recibiendo suficiente dinero no es, sin embargo, porque no haya capital disponible, pues, según los datos que ofreció ayer la Comisión, la UE dejó sin gastar el año pasado 49,7 millones de euros de su presupuesto para la materia debido a la falta de coordinación entre los estados.

A la espera de que estos millones lleguen -o no-, el Gobierno tiene previsto diseñar un Plan Integral con medidas para frenar la ola de cayucos, aunque, de momento, descarta una reforma de la Ley de Extranjería «a corto plazo». La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha iniciado una ronda de contactos con los partidos del arco parlamentario para «sondear» sus planteamientos ante la actual crisis migratoria y conocer de primera mano sus propuestas. El próximo lunes podría reunirse con el portavoz del PP, Eduardo Zaplana, en función de la agenda de ambos políticos. Una vez que concluya la ronda de contactos, el Ejecutivo redactará un documento con las aportaciones y «aproximaciones» de los distintos partidos que se abordará en una nueva reunión en Moncloa, previsiblemente a finales de la próxima semana.