Por tales razones, sin perjuicio de nuestra condición independiente respecto de cualquier fuerza política determinada, desde DENAES llamamos a los ciudadanos españoles residentes en Galicia y Vascongadas a evitar hacerse cómplices con su voto de tales amenazas, ya sea apoyando a los secesionistas, ya sea sosteniendo a los tontos útiles que les sirven de comparsa.
Arrancaban la semana pasada en Galicia y el País Vasco, las respectivas campañas electorales de cara a las elecciones previstas en ambas autonomías para el domingo 1 de marzo. Como es en general bien conocido se trata, en ambos casos, de partes formales de la nación española reconocidas como comunidades autonómicas en la Constitución de 1978 en las que, sin perjuicio de dicho reconocimiento de su pertenencia a España, facciones secesionistas muy determinadas (PNV, EA, BNG) estarían «reivindicando», ya sea por vías «pacíficas» (como Ibarreche o Quintana) como también asesinas (como los pistoleros de la ETA) su desgajamiento separatista respecto de la nación a la que pertenecen.
De hecho, curiosamente, tales programas secesionistas se estarían efectivamente llevando a cabo en ambas autonomías desde las entrañas de los respectivos gobiernos regionales, constitucionalmente sancionados, de manera que serían las instituciones autonómicas de ambas regiones españolas las que, bajo la dirección de tales facciones políticas separatistas, habrían llegado a poner todos los instrumentos necesarios y suficientes al servicio de fines políticos que objetivamente perseguirían la destrucción de la legalidad constitucional que, sin embargo, dan cobertura a tales gobiernos. Así las cosas, desde las diversas consejerías de tales gobiernos autonómicos se habrían venido sacando adelante programas muy concretos de extirpación de la lengua española en la educación (ya en las Ikastolas ya en las Galescolas), reformas estatutarias anticonstitucionales, referendos de autodeterminación, «planes de Ibarreche», etc, sin que, de momento, el «gobierno central» de José Luis Rodríguez Zapatero haya decidido mover un solo dedo para estorbar en lo más mínimo la acción expoliadora emprendida por los secesionistas.
Y no se trata sólo de que el gobierno socialista haya mantenido una actitud consentidora (complicidad por vía pasiva diríamos) con los planes y programas de los separatistas vascos o gallegos –cosa que, sin embargo, ya sería suficientemente grave– sino de que, y esto resulta crucial, el propio PSOE a través de sus delegaciones regionales (PSG y PSE) se ha venido involucrando solidaria, activa y cómplicemente con la expoliación misma: en efecto, el PSOE gobierna en Galicia apoyándose en el Bloque Gallego y suministra, anualmente, a Ibarreche los votos necesarios para aprobar los presupuestos públicos del PNV.
Y es que en el fondo, resulta, nos parece, enteramente nítida la circunstancia de que dicho gobierno central necesita –y esto resulta central– por razones de «aritmética parlamentaria» entenderse con los representantes secesionistas en las cortes generales, cálculo este que motiva la actitud cómplice del PSOE con las amenazas formales y públicas que pesan en este momento sobre la Nación española en el País Vasco o en Galicia.
Por tales razones, sin perjuicio de nuestra condición independiente respecto de cualquier fuerza política determinada, desde DENAES llamamos a los ciudadanos españoles residentes en Galicia y Vascongadas a evitar hacerse cómplices con su voto de tales amenazas, ya sea apoyando a los secesionistas, ya sea sosteniendo a los tontos útiles que les sirven de comparsa.
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA