No creemos quelos sermones del beato Zapatero puedan adormilar a los cada vez más desempleados que no quieren ser enviados al reino de los réprobos…


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Con su Tartufo, Molière quiso denunciar el modo en que los acólitos de Luis XIV se valían de la devoción religiosa para medrar en la Corte. Y el éxito de esta comedia se prueba por el hecho de que ahora llamemos así, “tartufo”, precisamente al hombre que encarna el vicio de aquel personaje, la beatería.

Un vicio este, por cierto, que podemos también relacionar con la actualidad política española en la que la ética sacralizada al modo krausista está haciendo las veces de la religiosidad engañosa retratada por el dramaturgo francés.

En lo que llevamos de septiembre, este tartufismo político se va manifestando en sucesivas declaraciones de dirigentes de PSOE —pensamos en Alfonso Guerra— o intervenciones en la vida pública de personajes afines —pensamos en el juez Garzón— que bien podrían servir a un director de teatro español como Albert Boadella para la reedición de la figura del pío impostor.

Últimamente el mismo Zapatero, insuperable en el papel, ha hecho protagonista de sus prédicas a la codicia, la hipocresía o el cinismo que, según él, aquejan a la oposición. Y resulta de forma indirecta que según su propio discurso la receta para “salvar” a España reside en la auténtica bondad personal de su Presidente.

Aquí hasta la clásica demagogia del político adulador del pueblo sufre una desviación digna de estudio, pues ahora es el dirigente el que se autobendice ante el auditorio, satisfecho este, suponemos, en todo caso por haber elegido democráticamente a hombre de tan buenas prendas.

Pero los sermones del beato Zapatero no creemos que puedan adormilar a los cada vez más desempleados que no quieren ser enviados al reino de los réprobos. Y son ya muchos los españoles que necesitarán soluciones, más que un “gran debate”, como con su habitual inconsecuencia el Presidente ha anunciado para hoy en el pleno del Congreso de los Diputados.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA