Podrá sin duda el PNV avenirse, incluso con agrado, a llegar con el PSOE a un «acuerdo entre diferentes», sólo que un tal «acuerdo» en ningún caso podrá pasar por el «reconocimiento» de que España es soberana sobre «Euzkadi» y no a la inversa.

Cada domingo de Resurrección, secesionistas vascos de los diferentes géneros y especies (sean «demócratas» sean «violentos», sean agitadores de árboles sean recogedores de nueces) acostumbran a celebrar, con dicha renovada, el momento fundacional de la nación fraccionaria vasca, esto es, la conmemoración, bajo el nombre de Aberri Eguna, del gozoso día en el que Sabino Policarpo Arana y Goiri recibía en su casa natal de Abando (a la que , por cierto, en nuestros días se le conoce con el epónimo de Sabin Echea), de la mano de su hermano, un pobre desequilibrado llamado Luis, la delirante revelación según la cuál «Euzkadi» es la Patria de los vascos. Cada año también, los secesionistas de las provincias vascongadas aprovechan tal festividad católica (puesto que no puede olvidarse el fuerte olor a incienso que desprenden semejantes ideologías ni la complicidad que la Iglesia católica en el País Vasco ha venido manteniendo, durante muchas décadas, con la causa antiespañola de los separatistas) para informar a la ciudadanía acerca de sus disparates.
Pues bien, el domingo 23 de marzo de 2008, mientras que en la localidad guipuzcoana de Lezo algunos centenares de jóvenes «aberchales» y «de izquierdas» -esto es, para entendernos, miembros de los aparatos de lucha callejera del entramado de ETA- insistían en proclamar, para quien quiera oírlo (léase: el gobierno del PSOE) alto y claro cuál es el objetivo final a precio del cual podrá y deberá canjearse últimamente la «paz» («un estado vasco independiente y socialista»), los nacionalistas «moderados» del Partido Nacionalista Vasco confirmaban, en la Plaza Nueva de Bilbao, y directamente contra sus aliados de EA, sus intenciones pactistas respecto del Partido Socialista del presidente ZP. Un pacto que podrá, es cierto, incluir entre sus cláusulas la «rebaja» del soberanismo explícito en el referendum propuesto por el lehendakari Ibarreche, pero que desde luego no va, en modo alguno, a dar de sí lo suficiente para que el PNV acepte, en palabras de Ibarreche, que Euzkadi constituya «una parte subordinada a España». Por decirlo directamente: podrá sin duda el PNV avenirse, incluso con agrado, a llegar con el PSOE a un «acuerdo entre diferentes», sólo que un tal «acuerdo» en ningún caso podrá pasar por el «reconocimiento» de que España es soberana sobre «Euzkadi» y no a la inversa.
«Vivimos juntos, decidimos juntos». Tal fue la consigna que hizo las veces de respuesta del Presidente Zapatero en el «portazo» parlamentario que este se supone que propinó al Plan Ibarreche I… ¿Estima de verdad el PSOE que todavía quedan muchas cosas que «decidir» en comandita con sujetos que defienden planteamientos como los que acabamos de mencionar?
Desde la Fundación para la Defensa de la Nación Española consideramos que la respuesta a esta pregunta no podría ser más obvia, al menos si es verdad que el Partido Socialista no pretende borrar definitivamente la letra E de entre las siglas que conforman su nombre.
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA