Pocas veces puede apreciarse, con tanta claridad y en mensaje tan corto, la inconsistencia de la idea que de España y su soberanía tienen los políticos del PSOE y el proyecto que de semejante engendro se deriva

A López no le asusta definir al País Vasco como “nación”, siempre que se tome el concepto “en términos de tradición, en términos culturales, en términos de lengua”, según declara en Tele 5; pero añade, a continuación, que no está de acuerdo con que se defina “en términos de soberanía excluyente”.
Pocas veces puede apreciarse, con tanta claridad y en mensaje tan corto, la inconsistencia de la idea que de España y su soberanía tienen los políticos del PSOE y el proyecto que de semejante engendro se deriva. López reconoce al País Vasco como nación cultural, apelando a la “tradición” y a la “lengua” para, a continuación, y como consecuencia del propio reconocimiento, declarar que la calidad de nación cultural no es suficiente para ser una nación soberana, independiente de España. Aunque sí es suficiente para obtener -suponemos que por vía de referéndum- la “soberanía compartida” y “no excluyente”.
Ahora bien: la soberanía no se puede dividir, ni prestar, ni compartir. O se tiene o no. Una cosa es que las autonomías tengan competencias en algunas áreas -excesivas, seguramente, en algunos casos, y utilizadas como jalones en el tránsito a la secesión- y otra, bien distinta, que esas competencias transferidas por el Estado (por tanto, susceptibles de volver a él) supongan un traspaso gradual de la soberanía, que López pretende detener en un porcentaje indeterminado de “autogobierno” inferior al pretendido por el PNV y la ETA. El engendro de la “soberanía compartida” no es sino un nuevo artefacto ideológico con el que encubrir el modelo confederal que quieren imponer en España hasta dejarla en las últimas.
Ridículo es que, además, esta barbaridad se quiera justificar por no se sabe bien qué tradiciones (como si en el último villorrio de Jaén, por ejemplo, no pudieran invocar igualmente tradiciones propias) y por la existencia de una lengua propia, además de minoritaria, en las Vascongadas.
Aunque no contamos con que López se haga eco de los editoriales de la Fundación DENAES, le pediríamos que repasara qué significa el concepto de soberanía; a ver si cae en la cuenta de que siempre es excluyente. Una soberanía compartida no es soberanía. Por tanto, lo que pretende Pachi y su PSE es en realidad otra cosa; a saber: que España se convierta en un mero agregado de naciones fraccionarias, en una superestructura unida simbólicamente por la monarquía, la lotería, las selecciones deportivas o por la forma democrática, pero materialmente destrozada en 17 partes con sus propios sistemas tributarios, su tribunal supremo y sus ríos blindados. Y todo esto para que las más pobres queden al servicio de las más ricas o al albur de la “solidaridad entre territorios”.
Desde la Fundación DENAES hemos de señalar que no queremos esa “solidaridad”, o caridad secularizada, de los ricos con los pobres, sino la justicia entre iguales que permita la distribución de los recursos nacionales según las necesidades de cada parte; en lugar de que cada parte decida, soberanamente, qué está dispuesta a ceder solidariamente y qué no.
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA