Si privamos a los alumnos españoles de toda referencia permanente, identitaria, y eso incluye a las referencias religiosas, ¿qué tipo de españoles vamos a tener dentro de diez, quince años?


La directora de un instituto de Mijas, en Málaga, ha arrojado a la basura el Belén que habían construido los alumnos de Religión. Antes, en un colegio de Zaragoza, se había prohibido festejar la Navidad para no molestar a los alumnos de otras confesiones. Después, el director de un instituto de Cartagena ha prohibido el Belén escolar, como cualquier otro símbolo religioso, “porque España es un país aconfesional” (lo cual, por cierto, es confundir la velocidad con el tocino).

Aquí hay, desde luego, un problema de tipo religioso –problema que hasta ahora no existía– y también un problema educativo, pero además hay un problema cultural serio, que afecta de manera grave a la identidad nacional. Hoy los niños españoles apenas si reciben en la escuela nociones de nuestra propia Historia. Crecen sin referencias culturales arraigadas, sin otro horizonte –y eso en el mejor de los casos– que el de un sistema económico, social y, acaso, político. Pero este sistema no ha salido del aire: se asienta sobre una historia y sobre una identidad nacionales, españolas. Si privamos a los alumnos españoles de toda referencia permanente, identitaria, y eso incluye a las referencias religiosas, ¿qué tipo de españoles vamos a tener dentro de diez, quince años? Sencillamente: españoles que ignoran lo que son. Ex pañoles.