Se trata, pues, de un inaudito gesto de independencia que rescata por un momento la posibilidad de concordia a la que se apelaba en el documento del que hemos hablado más arriba. Frías, que seguramente no contempla en su futuro la política como profesión, es consciente de lo contradictorio de cerrar nucleares en España y comprar esa misma energía a Francia.


garona.jpgHace ya casi dos años, la Fundación DENAES, junto con una serie de plataformas cívicas, publicó un pequeño libro titulado Por la concordia nacional y la reforma constitucional. En dicha obra se proponía una serie de medidas que mejorasen la atmósfera política que envuelve a España, fruto en muchas ocasiones de una deficiente Carta Magna pero, sobre todo, del desarrollo que, debido a interpretaciones sui generis de la misma, han acarreado los evidentes males que aquejan a la Nación.

Entre los males inducidos por la llamada casta política, cabe destacar el sectarismo que ya desde estas mismas líneas hemos denunciado, al cual hemos de añadir uno de los mayores vicios en que recae el actual Gobierno autodenominado «de izquierdas», nos estamos refiriendo a la carga ideológica con que se conduce el PSOE dirigido por el populista y cada vez más despótico José Luis Rodríguez Zapatero.

Se trata, en definitiva de la puesta en práctica de un asistemático conjunto de «ideas» que dirigen con mano de hierro, a menudo en guante de seda mediático y propagandístico, la acción de gobierno. Entre estas líneas de acción, cabe destacar el sexismo, impuesto bajo groseros criterios cuantitativos; el pacifismo, que oculta la incorporación continua de tropas españolas a diversas guerras; la eugenesia y la eutanasia, envueltas bajo el impreciso rótulo de la dignidad; el antihispanismo, que parte de la percepción de España como un error histórico que habría segado el desarrollo de las naciones que «sojuzgó» y, por finalizar de un modo abrupto, un irreflexivo y cursi ecologismo.

En efecto, sólo desde posiciones fuertemente ideológicas, es decir, desde un discurso que trata de enfrentarse, para anularlo, al oponente político, se puede defender el desmantelamiento de las centrales nucleares que aún operan en España. Fruto de esta ideologización, desconectada de cuestiones técnicas, se propone el cierre de la central de Garoña. Ante una hipotética votación en el hemiciclo, no dudamos que toda la bancada del PSOE, en actitud lanar, votaría a favor del cierre de la nuclear castellanoleonesa. Tal es el sectarismo, volvemos a señalarlo, de sus señorías, sectarismo que no es exclusivo de los del puño y la rosa.

Lo que ha sorprendido en este caso, es el hecho de que en el propio partido, un modesto concejal de Frías, Roberto Ortiz, se haya alzado contra la consigna del cierre de la central en la que él mismo trabaja. Se trata, pues, de un inaudito gesto de independencia que rescata por un momento la posibilidad de concordia a la que se apelaba en el documento del que hemos hablado más arriba. Frías, que seguramente no contempla en su futuro la política como profesión, es consciente de lo contradictorio de cerrar nucleares en España y comprar esa misma energía a Francia. Vaya desde aquí nuestro elogio y reconocimiento a la gallardía de este español independiente y libre, en el cual los profesionales de la política deberían mirarse por el bien de la Nación.

FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA