
Ayer miércoles, tres individuos, uno de ellos con sudadera con capucha y los otros dos con gafas de sol, irrumpieron en el despacho que el profesor universitario Félix Fernández de Castro tiene la Facultad de Filología de Oviedo. Lo amenazaron y le exigieron explicaciones sobre su rechazo académico al plan de estudios del asturiano (léase “llingua” normalizada, otro invento lingüístico más perpetrado en laboratorios ideológicos y escasamente relacionado con el dialecto o dialectos asturianos reales) presentado el pasado día 29 de junio en la Junta de la Facultad. Ha sido, por cierto, la culminación de una serie de amenazas e insultos enviados a su teléfono móvil.
La noticia no deja de tener su gravedad. Porque, acostumbrados a que estas cosas sucedan sólo en comunidades autónomas donde los nacionalistas han consolidado su poder despótico, nos preocupa más que nos sorprende el hecho de que este tipo de violencia separatista empiece a cundir en otras partes de España.
Nadie ignora el potencial de las lenguas o dialectos vernáculos convenientemente manipulados como instrumento separador entre españoles, bien sea como herramienta alienadora de mentes infantiles o juveniles, bien como plataforma para acceder suculentas vacantes de funcionario autonómico (Educación, “política lingüística”, etc.) al servicio de la ideología amparada por un poder que, más o menos explícitamente, los promociona con fines separatistas.
Pero en Asturias, donde el nacionalismo antiespañol ha estado relegado hasta ahora en partidos políticos como Andecha Astur (AA), con escaso calado social y casi nula influencia el Parlamento autonómico, hechos como el que aquí denunciamos son el indicio de que algo está empezando a cambiar. Envidiosos quizá del poder e impunidad alcanzados por el separatismo vasco, catalán o gallego en sus feudos universitarios –los títulos se regalan a etarras en el País Vasco y acabamos de saber que la Universidad de La Coruña premiará a los profesores que dejen de impartir las clases en castellano para pasar a darlas en gallego o en inglés- estos cachorros astures de batasuno deben de sentirse amparados, con la seguridad que da el saber que en cierto modo no están solos. Así lo sugieren las jugosas subvenciones otorgadas por el Principado a la cada vez más influyente Academia de la Llingua (laboratorio “normalizador” y experimental donde los haya), a proyectos de investigación y publicaciones en bable, o para impartir el mismo invento a alumnos de Primaria y Secundaria, etc.
Se ve, pues, que el hasta ayer tierno independentismo astur no tolera ya ningún revés a este proceso; se ve que ya ha crecido, porque sus formas y métodos mafiosos empiezan a parecerse ya a los de otros “ejecutores” al servicio del tinglado nacionalista que hoy impone su ley en otras partes de España.
La Fundación DENAES no sólo emplaza a las instituciones correspondientes (Universidad de Oviedo, Gobierno del Principado, Subdelegación del Gobierno en Asturias, etc.) para tomar medidas urgentes contra estos actos de violencia filoetarra, de nítido perfil independentista; sino que además avisa de la extensión del separatismo radical, cocinado en zonas donde el odio a lo español hace tiempo que ha echado ya raíces, a zonas de España hasta el momento inéditas.
FUNDACIÓN DENAES, PARA LA DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA