Estimados amigos:

El mes de noviembre ha sido prolífico en todo tipo de situaciones que ponen en evidencia las amenazas que sufre nuestra Nación. Aún resuenan las palabras del ex sacerdote y militante del PNV, Javier Arzallus, quien afirmó de los militantes de la ilegalizada Batasuna detenidos recientemente, como Arnaldo Otegui, que son «buenos patriotas y dignos de respeto». También el alcalde socialista de San Sebastián, Odón Elorza, se expresó en términos bastante similares ante tales arrestos, afirmando que esas detenciones «no serían buenas para avanzar en la consecución de la paz».

En el fondo, ambos sujetos son cómplices objetivos del terrorismo. El caso de Javier Arzallus es un ejemplo de desobediencia civil, «canalizada a través de los partidos secesionistas, infiltrados institucionalmente en el cuerpo político español, …]. Una desobediencia, pues, que toma el camino de la divergencia y la secesión» (Santiago Abascal y Gustavo Bueno, [En defensa de España. Razones para el patriotismo español, página 149).

En el caso de Odón Elorza, al igual que en otros muchos políticos tanto autonómicos como nacionales, se produce un encubrimientode la amenaza secesionista en nombre de una concepción panfilista de la misma, que ven como algo compatible con la soberanía española y con el hecho constitucional español: «El panfilismo, presente en los partidos y otras organizaciones de ámbito nacional, insiste constantemente en la compatibilidad del «nacionalismo periférico» (que ni siquiera se reconoce desde el panfilismo como secesionista) con el hecho constitucional español, siempre que, dice el pánfilo, se practiquen, para la consecución de estos fines, métodos «no violentos» (no asesinos)» (Santiago Abascal y Gustavo Bueno, En defensa de España. Razones para el patriotismo español, página 173).

Como contrapartida a tan negativas noticias, hemos de constatar que se cumplen seis meses de nuevo gobierno vasco, que ha tenido iniciativas tan importantes como la supresión del mapa meteorológico vasco con los famosos tres territorios que forman la fantasiosa Euskal Herria en el delirio secesionista, así como el haber reclamado que en la comunidad autónoma vasca se permita la celebración de partidos de la selección española de fútbol y etapas de la Vuelta Ciclista a España. Desde los años 1967 y 1978, respectivamente, no se producen ambos acontecimientos en suelo del País Vasco, por lo que la iniciativa es muy de agradecer de cara a una normalización política de la Nación Española en esa autonomía.

También ha de destacarse positivamente la intervención de José Antonio Ortega Lara, víctima del terrorismo durante un año y medio de encierro, hasta su definitiva liberación en 1997, premiado recientemente por el Observatorio Internacional de Víctimas del Terrorismo de la Universidad San Pablo CEU. El ex funcionario de prisiones ha sido noticia por su crítica a las posiciones adoptadas por el Partido Popular recientemente, del que se dio de baja como militante tras la destitución de María San Gil al frente del PP del País Vasco. Las razones de Ortega Lara, cabeza visible durante la reciente rebelión cívica contra la negociación del gobierno con el terrorismo secesionista de ETA, se basaban en la deriva autonomista de los populares, especialmente a raíz de la denominada «cláusula Camps».

No menos importante, como amenaza externa explícita contra España, es el Islam bajo múltiples formas. Una de ellas es la que se produce en forma de piratería cerca de las costas de Somalia, donde el atunero Alakrana permaneció mes y medio secuestrado, en una crisis que dejó en evidencia la debilidad tanto política como de principios del gobierno socialista y la debilidad general de España como Nación, con un esperpento que comenzó al saberse que el pesquero no llevaba la enseña nacional y sí la ikurriña y que terminó con la cesión final al chantaje, entregando de forma no oficial el rescate pedido por los piratas.

Siguiendo con la amenaza islamista, tampoco es despreciable que las mezquitas musulmanas en Cataluña favorezcan un nuevo referendum secesionista para el 13 de diciembre, justo cuatro meses después del producido en Arenys de Munt.

Ante esta situación caben plantearse las siguientes cuestiones:

¿Qué fórmulas existen para acabar con la complicidad objetiva que muchos políticos sostienen con el terrorismo de ETA?

¿Cuáles son las medidas a adoptar para la defensa de los ciudadanos españoles en aguas internacionales, como puede ser el caso de los pescadores que son presa fácil de la piratería?

¿Qué medidas pueden tomarse para frenar los referendums secesionistas, que amenazan con convertirse en una peligrosa costumbre?

Ciudades donde se va a celebrar este Observatorio: Santander, Oviedo, Caravaca (Murcia), Badajoz, Madrid, Valencia, Zaragoza, La Línea de la Concepción (Cádiz), Alcalá de Henares (Madrid), Majadahonda (Madrid), Collado Villalba (Madrid) y Sevilla.