Texto para el Observatorio de la Nación del mes de febrero de 2016


observatorio-fachada-4.jpg

Estimados Amigos de la Nación y simpatizantes de nuestra Fundación:

En este segundo mes del año 2016 sigue sin resolverse la incógnita de cuál será el próximo Gobierno de nuestra Nación Española. La responsabilidad y los propios números resultado del reparto de escaños tras los comicios del pasado 20 de Diciembre pesan a la hora de embarcarse en semejante tarea, pero también las incompatibilidades ideológicas entre los cuatro partidos que recibieron más votos, en un reparto que hace imposible la formación de un gobierno de mayoría estable, que tendrá que seguir acometiendo importantes reformas en lo que a la economía de nuestra Nación se refiere, pero especialmente también seguir combatiendo la amenaza separatista que se cierne sobre nuestra Nación.

Si bien esta semana hemos conocido que el PSOE y Ciudadanos han llegado a un acuerdo de gobierno, no sólo de investidura, pronto los otros dos partidos excluidos del pacto, Podemos y PP, han señalado lo obvio: la suma de escaños que poseen los dos primeros partidos convierte en imposible cualquier investidura tanto en primer como en segundo intento, puesto que contará con una mayoría de noes que aplastará los pocos síes que tanto el candidato, Pedro Sánchez, como su segundo de a bordo, Alberto Rivera, podrán movilizar en sus respectivas filas. Salvo sorpresas de última hora, la investidura de Pedro Sánchez está condenada al más estrepitoso fracaso.

Sin embargo, mirando en lo referente a los contenidos de dicho pacto, hemos de observar que poco, cuando no directamente nada dicen ambos partidos respecto a resolver los problemas de la Nación Española. El acuerdo habla de una medida estrella para Ciudadanos, como es la supresión de las Diputaciones Provinciales, consideradas como un elemento a extinguir, puramente decimonónico, pero nada se dice en el acuerdo de poner freno al desmán y la sinrazón propios del Estado de las Autonomías. De hecho, decepciona sumamente la actitud de Ciudadanos, que no parece conocer siquiera la Historia de la formación de España como nación política de ciudadanos iguales ante la ley. No parecen conocer en la formación naranja que las actuales provincias fueron fundadas por Real Decreto de 30 de Noviembre de 1833 por el Ministro Javier de Burgos, y que las instituciones ligadas a ellas, las Diputaciones, fueron fundadas precisamente como garante del cumplimiento de esa igualdad ante la ley, frente al arcaísmo de las instituciones forales.

De hecho, para mayor escarnio de semejante acuerdo, las Diputaciones Forales del País Vasco, al contrario de las Diputaciones Provinciales, no se contemplan como instituciones a extinguir en el acuerdo entre PSOE y Ciudadanos, cuando fueron esas diputaciones forales las que sirvieron de parapeto en muchos casos al más rancio antiespañolismo, el mismo que hoy padecemos sin ir más lejos en el País Vasco y Navarra de manos de las sectas separatistas. Sin embargo, el Estado Autonómico, cuya viabilidad en todos los sentidos está puesta en entredicho por la aspiración de los diversos entes autonómicos a conseguir más y más privilegios en detrimento del resto de la Nación, no es criticada por Ciudadanos, que parece incluso desechar ya cualquier «línea roja», como el «federalismo asimétrico» del PSOE, el gran horizonte de los socialistas de cara a cualquier reforma de nuestra Carta Magna. En cualquier caso, esas cinco reformas de la Constitución Española de 1978 son absolutamente imposibles sin el refrendo del Senado, Cámara que está dominada por el Partido Popular con mayoría absoluta.

En lo referente a las amenazas seculares que sufre nuestra Nación Española la situación no decae, sino que parece reavivarse por momentos, y de las formas más insospechadas. Así, hemos asistido recientemente a nuevos esperpentos de Podemos en el Ayuntamiento de Madrid que a día de hoy gobierna con el apoyo del PSOE. Uno de ellos fue el difundido caso de los titiriteros que representaron en una función para niños una historia en la que, con la excusa típicamente negrolegendaria de la crítica a nuestra Historia, no sólo se exhibían escenas como el ahorcamiento de un juez o la violación de una monja, sino incluso una pancarta donde, de forma sutil, se realizaba apología del terrorismo separatista vasco de ETA. Posteriormente se supo, como contraprueba a quienes consideraron exagerada la detención de los titiriteros, que formaban parte de un grupo que realizaba visitas periódicas a los presos etarras, solidarizándose así con su causa.

Otra acción menos vistosa, pero igualmente dañina para nuestra Nación, ha sido la peculiar forma del Ayuntamiento madrileño de aplicar la denominada Ley de Memoria Histórica en el callejero de la Villa y Corte. Así, el Ayuntamiento de Madrid, en su innoble labor de borrar el pasado de nuestra Nación, ha arrancado sin previo aviso alguno monumentos cuya última decisión recae sobre el Patrimonio Nacional. Y ello por no hablar de la eliminación del callejero madrileño de numerosos personajes históricos que nada tienen que ver con la exaltación del franquismo: casos como el del dramaturgo Pedro Muñoz Seca, vilmente asesinado por el Frente Popular en Paracuellos del Jarama en 1936, el del político Juan Vázquez de Mella fallecido en 1928 y promotor del derecho al voto femenino, o el del político José Calvo Sotelo, Ministro de Economía en tiempos de Primo de Rivera, fundador de la compañía CAMPSA y asesinado cobardemente un 12 de Julio de 1936 (es decir, cuando aún no se había iniciado la Guerra Civil Española) por unos pistoleros a sueldo que le dispararon varias veces en la nuca, han desaparecido de la noche a la mañana del callejero de la capital de España, sin que la responsable de cultura del consistorio madrileño, Celia Mayer, haya sido capaz de balbucir unas míseras palabras de explicación, ni de exhibir un solo acuerdo del Gobierno Municipal donde se motiven semejantes actos. Para estos singulares miembros de la «nueva política», el sectarismo es el único móvil que les conduce a cometer estos crímenes en efigie contra figuras relevantes de la Historia de España, a prevaricar de forma flagrante y a sustituirlos por otros nombres que sí son de su simpatía, aunque ello implique la omisión de parte de nuestra Historia…

No conviene olvidar que Podemos también mantiene alianzas en el País Vasco y en Navarra con Bildu, una de las marcas blancas de ETA, alianza cuyos resultados en lo que a la amenaza separatista no se han hecho esperar: la inmersión lingüística en eusquera se incrementa notablemente en Navarra, donde semejante lengua cooficial es prácticamente inexistente. Así, en varias escuelas de Pamplona, el Ayuntamiento de la ciudad, dirigido por Bildu en alianza con Podemos, Geroa Bai (que manda en Navarra) e Izquierda Unida, ha decretado el cambio de modelo lingüístico con la supresión del español como lengua de enseñanza, posibilitando la delirante situación de que un barrio entero de la capital navarra no tenga una sola escuela pública donde se imparta el español; la consecuencia inmediata de semejante desmán es que sesenta familias se han visto obligadas por vía de urgencia una nueva escuela donde poder seguir con su escolarización.

Conviene en consecuencia pensar la línea que nuestra Fundación debe seguir en unos momentos de incertidumbre que parecen conducirnos a la repetición de las elecciones generales el próximo mes de junio, a menos que un cambio súbito a última hora permita la investidura de un presidente del gobierno con los resultados del pasado 20 de Diciembre. Aun en el caso de que la propuesta de PSOE en acuerdo con Ciudadanos saliera adelante, los números convierten en inviable el gobierno de semejante coalición, y tampoco sus propuestas de reforma constitucional ayudarían lo más mínimo a resolver los problemas de la Nación Española, en lo que a las amenazas que sufre se refiere; más bien parece que ayudarían a dar una nueva vuelta de tuerca, tendencia que se mantiene lenta pero segura desde los tiempos de nuestra idealizada Transición democrática. Así, en este Observatorio se recogerán las sugerencias que tengan a bien plantear nuestros simpatizantes y amigos, abriéndose un debate sobre las posibles soluciones existentes para este momento tan comprometido en el que se encuentra nuestra Nación Española.

Fundación Denaes, para la defensa de la Nación española.