LAS ACTAS DEL «PROCESO».


20070607113151.jpg07-06-2007-El Semanal Digital

LAS ACTAS DEL «PROCESO».

En anteriores fases de la negociación los terroristas ya le enseñaron los dientes dando a conocer detalles de sus conversaciones y algunos de los compromisos asumidos.

7 de junio de 2007. Con el amenazante comunicado de ETA sobre la mesa, la legislatura cambia de rasante en el peor momento para el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, lastrado por los adversos resultados del 27-M y por la evidente necesidad de un gabinete ministerial potente y competente, bien organizado y con absoluta determinación. Las elecciones generales no están lejos y ahora toca hacer que cale entre la opinión pública la imagen de un Zapatero de una pieza, inflexible y seguro de sí mismo ante una banda terrorista más fuerte y preparada para perseguir a sangre y fuego su sueño imposible.

La situación, así como la nueva estrategia de mano dura, fueron analizadas este martes por la tarde en La Moncloa por el jefe del Ejecutivo con la cúpula del Ministerio del Interior, encabezada por Alfredo Pérez Rubalcaba. Al Gobierno le toca endurecer el gesto y exhibir firmeza frente a ETA en el ámbito policial, pero también en el judicial. La Fiscalía ya ha pisado el acelerador y el cabecilla de Batasuna, Arnaldo Otegi, sin valor alguno como interlocutor, puede ir en la cárcel en breve por haber participado en un homenaje a un etarra en 2003. La prisión ha sido también el destino definitivo de un chantajista Iñaki de Juana Chaos que, apenas 48 horas antes, andaba buscando piso en San Sebastián.

Dentro del Ejecutivo, según cuentan fuentes monclovitas a Elsemanaldigital.com, con la que promete caer, al que le toca de nuevo dar el mensaje contundente es al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. En las últimas horas lo ha hecho con el inusual método de dos entrevistas en Telecinco y en la Cadena SER. Rubalcaba, que siempre fue consciente de que el llamado proceso de paz se parecía a una proyección al infinito, es el mejor de los expertos en distorsionar la verdad en el estado mayor de Zapatero para preparar el camino a la cita entre el presidente del Gobierno y el líder del PP, Mariano Rajoy. A este ritmo, propio del velocista y no del corredor de fondo que fue en sus años mozos, el titular del Interior puede agotarse antes de tiempo.

El problema de las actas

Ocurre que a este Gobierno las vallas se le vienen encima sin dejarle correr hacia ellas. Y las hemerotecas también pueden ser letales. O, mejor dicho, las actas del proceso. La presencia de notarios e intermediarios y de actas por escrito sobre lo hablado y sobre cada uno de los compromisos adquiridos en las reuniones entre el Ejecutivo y ETA no son hechos nuevos en la actuación de la banda terrorista en los intentos de diálogo. Así, en todos ellos ha seguido pautas similares que incluyen esos elementos y siempre los ha hecho públicos una vez consumada la ruptura. Zapatero es consciente de ello. Es más, la publicación de esos documentos cuando ETA lo crea más conveniente, y la estrategia a desplegar, estuvo también este martes sobre la mesa de reunión del Gabinete de crisis, según las mismas fuentes.

El hecho de que las actas sean difundidas a palo seco tiene una evidente repercusión preocupante para Zapatero. De hecho, la banda terrorista ha venido explotando ese temor. Así ha sido cada vez que le ha reprochado al Gobierno sus «incumplimiento» -según la banda, el compromiso adquirido por el Ejecutivo, entre otros, de no efectuar detenciones y el de paralizar los procedimientos judiciales abiertos-; y cuando ha filtrado a sus panfletos mediáticos documentos con la exposición de los pactos a los que llegó con los enviados gubernamentales.

Preventivamente, Zapatero ha dado orden de, llegado el momento, salir al paso oficial y públicamente negándolo todo. Siempre según fuentes conocedoras de los entresijos de lo acontecido en La Moncloa en las últimas horas, habrá que acostumbrarse a este tipo de pronunciamientos.

El asunto, a pesar de ser colateral, tiene mala pinta y solo puede servir para enredar un poco más la madeja. La madeja de la desorientación reinante ante la vuelta oficial de ETA a los atentados. Cualquier barbaridad es posible. La banda terrorista también sabe colocar noticias bomba.