La Voz de Barcelona
La plataforma Escola en català ha presentado, este jueves, una solicitud al Fiscal Coordinador del Servicio Especial de Delitos de Odio y Discriminación de la Fiscalia Provincial de Barcelona para que investigue si la intervención de Francisco Caja, presidente de Convivencia Cívica Catalana, en el acto en defensa del bilingüismo, organizado por Ciudadanos, “incitó al odio”.
Mercè Escarrà, militante de Solidaritat Catalana per la Independència y ex dirigente de Convergència Democràtica de Catalunya, ha acusado a Caja de haber realizado un discurso -recogido en LA VOZ DE BARCELONA este miércoles- que incita “al odio y a la discriminación”. Se da la pardójica circunstancia de que Escarrà es pareja sentimental de Rubèn Novoa, ex candidato de Solidaritat en las pasadas elecciones autonómicas y jefe de prensa de la formación, que en septiembre de 2010 pidió ‘un tiro en la nuca’ para el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera.
Para la presidenta de Escola en català -entidad que nació por las discrepancias que surgieron en el seno de Som Escola, entidad vinculada a Òmnium Cultural- las palabras del presidente de Convivencia Cívica pretenden “generar un conflicto en las aulas” de Cataluña por criticar la inmersión lingüística escolar obligatoria exclusivamente en catalán, un sistema que los tribunales han dictado ilegal, tal y como lo está aplicando la Consejería de Enseñanza.
“Bautismo por inmersión”
Escarrà ha hecho referencia, para argumentar la petición de investigación ante la fiscalía, al parlamento que Caja realizó el pasado sábado valorando los colegios de Cataluña como “correccionales lingüísticos”:
“Las escuelas catalanas no son escuelas, son correccionales lingüísticos. Las han convertido en correccionales lingüísticos para extirpar, mediante un rito de iniciación (el bautismo por inmersión) en los escolares un mal nefando: el hablar la lengua común de todos los españoles, porque la primera obligación para ser catalanes de verdad es dejar de ser español. Todo por la expulsión del castellano como lengua vehicular en las escuelas de Cataluña. Porque, para ellos, la expulsión del castellano en las escuelas es una cuestión de vida o muerte, como la expulsión del demonio del espíritu de los posesos.
[…] ¿Vamos a tolerar que nos sigan robando nuestra libertad, nuestra condición de ciudadanos? Por eso me permito exhortaros hoy para que hagáis un esfuerzo más, para que os comprometáis activamente en la recuperación de la libertad lingüística, para que luchéis contra el modelo de exclusión lingüística, la llamada inmersión, selectiva, forzosa; contra un modelo escolar que es en realidad un correccional lingüístico y la piedra angular del sistema de adoctrinamiento político”.
Frente a estas palabras, Escarrà ha indicado que frenará “el intento de esta minoría reaccionaria de generar un conflicto en las aulas” y ha acusado a Caja de querer “colonizar la cultura catalana e imponer un modelo lingüístico contrario a la voluntad democrática de la sociedad catalana”.
Sorprendentemente, Escola en català, una entidad minoritaria, ha señalado que “combatirá el intento de sectores no representativos de la sociedad catalana de violentar y subvertir las leyes”. Para ello, y al igual que hizo en febrero pasado, ha anunciado una campaña de envío de mails masivos a los magistrados del Tribunal Supremo para presionarles e intentar condicionar su posición respecto al recurso de casación sobre la inmersión lingüística, presentado por Convivencia Cívica, después de que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) desoyera las sentencias del Alto Tribunal en relación al bilingüismo en las aulas.
‘Yo pienso como Francisco Caja’
El acto en defensa del bilingüismo del pasado sábado no ha sido bien recibido por los sectores independentistas. Así, dos de los medios digitales más subvencionados de Cataluña titulaban de esta manera la crónica del acto: ‘Genocidas del pueblo catalán en acción’, el Directe.cat, y ‘El Radovan Karadzic de España’, por parte de Crònica. Otros periodistas, como María Jesús Cañizares, de Abc, han criticado las acusaciones de “genocidio” que Escarrà ha lanzado contra los defensores del bilingüismo.
En esta última línea, se ha puesto en marcha una campaña por internet para enviar mails a Escola en català apoyando la consideración de Caja de que ‘las escuelas catalanas son un correccional lingüístico’ e instan a la entidad a que también les denuncien:
‘Yo también soy Francisco Caja y quiero persecución y quiero cárcel. Quiero que me persigan los brigadistas de Escola en català. Que vayan al fiscal a denunciarme. […] Y le digo y os digo a la asociación Escola en català que llamen a las policías, y a los Mossos, a los fiscales, y a los jueces, a los supremos, con sus togas, y a los constitucionales y a todos los grupos que quieren que, en lugar de saber más, sepamos menos, para que nos investiguen, para que nos persigan, porque yo pienso como Francisco Caja‘.
Caja critica el victimismo nacionalista
El presidente de Convivencia Cívica Catalana ha rehusado hacer declaraciones respecto a las acusaciones lanzadas por Escarrà y ha respondido con un artículo no falto de ironía. En él, Caja ha reiterado que ‘la inmersión lingüística ha convertido las escuelas en Cataluña en el lugar de una permanente tortura spritualis, en un auto de fe permanente en el que los escolares deben hacer declaración pública de su sometimiento a la ley de la lengua, a la lengua verdadera’. ‘La confesionalidad lingüística del poder político es tan contraria a la libertad lingüística como la confesionalidad religiosa a la libertad religiosa’, ha añadido.
En relación a los insultos recibidos, Caja ha señalado:
‘No son estos simplemente delirios de cuatro energúmenos. Estas palabras muestran de manera ejemplar la estructura mental de lo que se ha llamado el “victimismo” de los nacionalistas. De manera magistral la mostró el inmortal Miguel Gila en una de sus viñetas: “No le des más puñaladas hombre”, le espeta un transeúnte a un individuo que apuñala con ensañamiento a un pobre hombre indefenso en plena calle, y el agresor le responde. “Pues que deje de llamarme asesino”. Como siempre la víctima es convertida en verdugo‘.