No menos original fue la iniciativa de traducir las grabaciones de la muñecas comerciales al gallego.


20070819100610.jpgE. P. RODRÍGUEZ-SOMOZA

19-08-2007-ABC

«Ya es hora de que desaparezca la cultura de que el gallego no vende». Con esta frase el diputado nacionalista Bieito Lobeira, que abandera la defensa más firme dentro de las filas nacionalistas de «un idioma de país», recriminaba no hace mucho que los famosos cómics de Astérix y Obélix, traducidos a más de 20 lenguas, dejasen de ser publicados en gallego. Pero esta no ha sido ni la primera, ni la última, de las iniciativas que el BNG ha propuesto durante sus ya dos años de gobierno.

La última ocurrencia del vicepresidente de la Xunta de Galicia, Anxo Quintana, ha sido popularizar el himno gallego, aprovechando el año del centenario de su primera interpretación oficial, «para que ningún niño de Galicia se quede sin conocer los versos de Eduardo Pondal».

El himno y «el país»

El caso es que Quintana quiere que todos los niños gallegos «conozcan y sepan cantar» el himno, porque «su letra y su melodía es el compás que oficializa los sentimientos de Galicia como país».

Pero el dirigente nacionalista no se queda ahí: «La letra de Pondal expresa la lucha de un pueblo en defensa de su lengua y de su identidad. Es un lenguaje que agita el despertar de Galicia como nación. Por eso, mientras hay himno, habrá país».

A juicio de Quintana, la música es un «espacio de sentidos, pero también de realidad histórica y de memoria», y por ese motivo reivindica el papel de la música «para hacer país, y como elemento de construcción y fortalecimiento de la identidad gallega».

De las muñecas a las lápidas

No menos original fue la iniciativa de traducir las grabaciones de la muñecas comerciales al gallego, del tipo «As bonecas de Famosa se dirixen o portal….», frase célebre donde las haya.

Los nacionalistas han pensado en todo. Para que los niños sean capaces de entender lo que dicen los juguetes qué mejor que una formación íntegra en gallego, y para eso están las «Galescolas», auspiciadas desde Vicepresidencia, que depende del líder del BNG.
No menos polémico fue el cambio de huso horario para adaptarlo al de Portugal, que se rige por la hora canaria, y con el que el BNG busca estrechar cada vez más lazos. Pero una de las mayores preocupaciones de las autoridades gallegas durante este verano ha sido el idioma en que están escritas las lápidas de los cementerios.

Temen que, en futuras expediciones arqueológicas, si los epitafios no están en gallego se certificaría que Galicia nunca tuvo idioma propio. Suma y sigue.