‘Según la materia evaluada, el 10,5-11,4% del alumnado de familias que hablan catalán se encuentra en los niveles más bajos de calificación, mientras que en el caso del alumnado de familias que hablan castellano o bien un idioma extranjero estos porcentajes se incrementan hasta el 20,4-24,4% y el 45,2-48,7%, respectivamente’.


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Redacción

Cuadro del informe, elaborado por el CTESC de la Generalidad, en el que se muestra los porcentajes de fracaso escolar por distintos aspectos, entre ellos el motivo lingüístico en lengua materna de los alumnos.

Cuadro del informe, elaborado por el CTESC de la Generalidad, en el que se muestra los porcentajes de fracaso escolar por distintos aspectos, entre ellos el motivo lingüístico en lengua materna de los alumnos.

Martes, 13 de septiembre de 2011 | Ni legal ni da un resultado académico aceptable para los castellanoparlantes. Ese es el resumen de la combinación de la inmersión lingüística obligatoria en las escuelas de Cataluña tras un análisis jurídico, que viene repitiendo el Tribunal Supremo desde 1994, y un informe de la Generalidad, que confirma que el fracaso escolar entre los alumnos castellanoparlantes es mayor que entre los alumnos catalanoparlantes.

El estudio, titulado Informe sobre el riesgo de fracaso escolar en Cataluña, se publicó el pasado mes de junio pero la Administración autonómica no le ha dado mucha relevancia pública porque desmonta uno de sus argumentos para mantener, contra las sentencias judiciales, la inmersión lingüística obligatoria: que el sistema escolar catalán beneficia a todos los alumnos por igual, sean catalanoparlantes o castellanoparlantes. No es así. El fracaso escolar entre los niños castellanoparlantes es el doble que entre los niños catalanoparlantes.

El informe, elaborado por el Consejo de Trabajo, Económico y Social de Cataluña (CTESC), organismo de la Generalidad, no deja lugar a dudas:

‘La lengua hablada en casa sí que tiene que ver con el riesgo de fracaso escolar: según la materia evaluada, el 10,5-11,4% del alumnado de familias que hablan catalán se encuentra en los niveles más bajos de calificación, mientras que en el caso del alumnado de familias que hablan castellano o bien un idioma extranjero estos porcentajes se incrementan hasta el 20,4-24,4% y el 45,2-48,7%, respectivamente’.

Los catalanoparlantes no son inmersionados

Si bien es cierto que el motivo lingüístico no es el factor principal del fracaso escolar entre los alumnos de Cataluña, no es menos cierto que los castellanoparlantes están en condiciones de inferioridad escolar en relación con los alumnos catalanoparlantes, que en realidad no son inmersionados, al recibir la enseñanza en su lengua materna, el catalán. Algo que no ocurre con los alumnos castellanoparlantes, que son inmersionados en catalán, obligatoriamente, sin tener los conocimientos básicos de su lengua materna, el castellano, imprescindibles para una correcta escolarización.

Otros aspectos que el informe destaca, además del lingüístico, para valorar el fracaso escolar de los alumnos son los relativos a las escuelas: el aula, las infraestructuras, el sistema educativo, la inmigración, la habilidad del profesorado o las inversiones en I+D+i; la familia: el nivel económico o el nivel social; y las variables psicológicas de cada niño: el nivel psicoafectivo, las habilidades personales, la voluntad de esfuerzo, el sexo del alumno, los transtornos del desarrollo o el nivel intelectual.

Los datos del informe de la Generalidad (de 331 páginas, disponible en la web del CTESC y de la Administración autonómica) se basan, entre otros documentos, en el informe PISA de 2006 (que evalúa las matemáticas, las ciencias y la lectura), en 26 entrevistas a especialistas en la materia educativa y política -que responden a la situación actual en las aulas y plantean posibles soluciones a los problemas actuales-, y varios análisis, entre ellos: un informe del propio CTESC encargado a la Universidad de Barcelona sobre políticas educativas. Entre los objetivos del informe, según consta en el propio texto, destacan ‘la aproximación conceptual al fracaso escolar’, ‘el análisis de las características principales del alumnado en riesgo’ o ‘el análisis y la priorización de los factores explicativos del riesgo de fracaso escolar en la ESO, individuales, sociales e institucionales’.

Sorprende, sin embargo, que pese a que el propio informe aporta los datos de la gran diferencia existente entre el fracaso escolar de los castellanoparlantes y el de los catalanoparlantes, más de 10 puntos porcentuales, no se aporta ninguna solución (y hay 68 propuestas de actuación) para reducir este fracaso más allá de reforzar la ‘formación en lengua catalana durante las vacaciones de verano’. Nada se dice de las sentencias judiciales que, desde 1994, inciden en que el español también debe ser lengua vehicular en las escuelas de Cataluña. O en que la inmersión lingüística no puede ser obligatoria y solo voluntaria si antes se tiene la base de un idioma previo.

El resultado de este informe que la Generalidad no ha dado a conocer vendría a confirmar lo manifestado hace unos días por la entidad Convivencia Cívica Catalana que, tras la reciente interlocutoria del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, ha acusado al Gobierno autonómico de falsear los datos sobre el nivel de conocimiento de la lengua española entre los alumnos de las escuelas de Cataluña.

En los centros privados, también hay diferencias

Otro de los aspectos que produce grandes diferencias del fracaso escolar entre los alumnos es la educación recibida en una escuela pública o en una concertada o privada. ‘En los centros públicos el porcentaje de alumnos de baja cualificación es aproximadamente el doble que en los centros privados concentrados y casi el triple que en los centros privados independientes’. En estos últimos, generalmente, se aplican métodos educativos de bilingüismo (español/catalán) o trilingüismo (español/catalán/inglés u otra lengua extranjera) que son permitidos por el Ministerio de Educación y la Consejería de Enseñanza.

Cabe recordar que el Consejo de Trabajo, Económico y Social de Cataluña (CTESC), es, según consta en el Estatuto de Autonomía, artículo 72.2: ‘El órgano consultivo y de asesoramiento del Gobierno [autonómico] en materias socioeconómicas, laborales y ocupacionales’, y está regulado por una ley del Parlamento autonómico de 2005 y un decreto de 2007. Consta de su propio reglamento interno. Es, por lo tanto, una institución de la Generalidad de Cataluña, incluida en el Capítulo V del Título II del Estatuto de Autonomía: ‘Otras instituciones de la Generalidad’. Su actual presidente es Josep Maria Rañé (PSC), consejero de Trabajo e Industria entre 2003 y 2006 con el Gobierno autonómico de Pasqual Maragall (PSC).