Si hay algo que no se le pueda achacar al presidente de la Xunta de Galicia es falta de optimismo.


20070721100719.jpgE. P. RODRÍGUEZ-SOMOZA

21-07-2007-ABC

En menos de una semana, Emilio Pérez Touriño ha reiterado el acelerado ritmo de crecimiento del que disfruta la economía gallega. Ni tan siquiera el varapalo del Ejecutivo central al proyecto de alta velocidad gallega ha menguado las ambiciosas expectativas a las que ayer volvió a hacer referencia.

En un coloquio en Nueva Economía Forum, celebrado ayer en Madrid, el titular autonómico subrayó que la Comunidad hace gala de «una magnífica situación económica y que, con una tasa de crecimiento del 4,2 por ciento, se va estrechando el diferencial de renta que aún nos separa de los países punteros».

Más allá de cifras macroeconómicas, Touriño llamó la atención sobre las bases sólidas en las que se sustenta el éxito del desarrollo de la región, con un triple estimulo: «la confianza social, la estabilidad política y la estrategia que sitúa al territorio en el epicentro, como activo económico, soporte de infraestructuras, conocimiento e innovación».

«Tiempo razonable»

Queda claro que el Ejecutivo autonómico no duda de la capacidad de autonomía de una «competitiva Galicia», por lo tanto no es de extrañar que el presidente gallego retomara el tema de la creación de una Agencia Tributaria gallega. Según señaló, la Consejería de Economía trabaja en esta línea, con el objetivo de «ganar eficacia y eficiencia». «Espero que en un tiempo razonable podamos poner en marcha y llevar al Parlamento este proyecto».

El presidente gallego avanzó también una «reducción significativa» en el impuesto de sucesiones, sobre todo en el ámbito de las exenciones, pero arremetió contra el «juego desleal» de las comunidades que «con una mano lo han suprimido de la fiscalidad propia y con la otra reclaman lo que se rebaja al Gobierno central».

«Vamos a mantener este impuesto», aunque anunció que se va a elevar el tope patrimonial de base, de los 21.000 euros actuales a más de 120.000, y se ampliará la reducción del mismo a las empresas familiares hasta alcanzar el 99 por ciento de su subvención.

«No se puede sacar de la fiscalidad propia y exigir al presidente del Gobierno transferencias, recursos y financiación», subrayó el titular autonómico,para quien habría que lograr «un cierto grado de armonización imprescindible, un juego de solidaridad interautonómica que no debe quebrarse, porque a aquellas autonomías con menor base tributaria, como Galicia, nos lo ponen difícil».

Touriño dijo que «ajustaremos tarifas e intentaremos hace una lectura más eficiente del impuesto, pero, en todo caso, creemos que debe mantenerse», añadió.

De su encuentro con el ministro de Economía no tuvo más que buenas palabras. Tras la reunión, en la que disertó con Pedro Solbes sobre las necesidades presupuestarias de Galicia para hacer frente a los macroproyectos diseñados, aseguró que «estoy en disposición de confirmar que va a continuar el esfuerzo inversor del Estado de los últimos dos años, con un 8% del territorializado».

Touriño consideró este reparto como un factor de reequilibrio «de una potencia inmensa» que, al mantenerse en el tiempo, supone un «esfuerzo histórico por parte del Ejecutivo central». Según dijo, los proyectos gallegos están garantizados.