El presidente del PP hizo hincapié en que la bandera «es la de todos», es la que une a los españoles por lo que «tiene que ondear en todos los ayuntamientos de España».
09-09-2007-ABC
MARBELLA. El ultraje que sufre la bandera de España en Lizarza, como en casi todo el País Vasco y en buena parte de Cataluña, donde brilla por su ausencia en muchos edificios públicos pese a la obligación legal de que ondee en lugar preferente, no ha dejado indiferente al líder del PP, Mariano Rajoy. En un acto público en Marbella, destacó que en caso de ganar las próximas elecciones generales defenderá la bandera nacional «como hace Regina Otaola en Lizarza».
Rajoy manifestó que «quiere y siente la bandera española», y mostró su «profunda admiración por lo que está haciendo la alcaldesa de Lizarza», que el viernes izó la enseña española en el Ayuntamiento de su pueblo, entre insultos y amenazas de muerte de simpatizantes de ANV.
El presidente del PP hizo hincapié en que la bandera «es la de todos», es la que une a los españoles y de la que todos están «orgullosos», por lo que insistió en que «tiene que ondear en todos los ayuntamientos de España». Rajoy comentó que él, como gallego, «siente la bandera de Galicia, pero como español siente la bandera de España, que une a millones y millones de compatriotas».
La defensa de la bandera de España por parte de Rajoy no es nueva. Mucho más sorprendente es el «giro» que ha dado el Gobierno de Zapatero a pocos meses de las elecciones, echando mano de un discurso «españolista», olvidado durante el resto de legislatura. El Ejecutivo del PSOE se hace llamar ahora «Gobierno de España», una cuestión por la que el portavoz del Grupo Popular en el Senado, Pío García Escudero, preguntará al presidente Zapatero el miércoles en la sesión de control.
Zapatero, fuera de la realidad
En Marbella, Rajoy, que celebraba con el resto del PP los cien primeros días de gobierno popular en el municipio, acusó al Gobierno de la Nación de haber «malgastado» la herencia económica que dejó el Ejecutivo de José María Aznar. A su juicio, España «mejoró mucho entre 1996 y 2004, pero la herencia no dura toda la vida». Asimismo, cargó contra Zapatero, al que criticó por «estar fuera de la realidad» y mostrarse «insensible» ante las preocupaciones de los españoles, como es la subida imparable de las hipotecas. La ministra de Vivienda, Carmen Chacón, quitó importancia hace unos días al esfuerzo que hacen los españoles para comprarse una vivienda.
Ante esta situación, Rajoy prometió que el PP volverá a bajar los impuestos. «Hemos demostrado que sabemos hacerlo». Su Gobierno, dijo, será «fiable, previsible y dará seguridad». El líder de la oposición aseguró que tendrá «un programa conocido y no gobernará a base de improvisaciones y ocurrencias».