El Mundo
El colectivo de presos de ETA (EPPK) considera que el caso del recluso enfermo Iosu Uribetxeberria Bolinaga constituye el reflejo de la política penitenciaria del Gobierno, al tiempo que afirma que ha llegado «el principio del fin» de dicha estrategia.
En un comunicado, los reclusos expresan su solidaridad con Uribetxebarria Bolinaga, que abandonó ayer la huelga de hambre para exigir su excarcelación por motivos de salud, y aseguran que «es tiempo de lucha».
«Sabemos mucho del sufrimiento creado por el conflicto y no se lo deseamos a nadie. Los compañeros que han actuado en ETA y que son parte de nuestro Colectivo seguramente saben mucho del daño de cada cual y del infligido a otros. Es una gran carga personal la que llevamos encima para detenernos en declaraciones retorcidas, falsas y manipuladoras. Para que no exista más sufrimiento y dolor no hay más que afrontar la cuestión política», señala el comunicado recogido por Europa Press.
Celebra el Colectivo de Presos que «la política carcelaria se ha empezado a agrietar», que «se ha acabado el tiempo de las medidas de excepción» y que «se ha agotado la vigencia de la dispersión». Reclaman así al Gobierno que les agrupe «en Euskal Herria» para poder hacer su «aportación en el proceso». Estamos en el principio del fin, pero no por eso en tiempos fáciles y agradables. Es tiempo de lucha y ¡lo conseguiremos!», añaden.
También se refieren a aquellos que se encuentran en la cárcel por la aplicación de la ‘doctrina Parot’ (más de medio centenar) -a los que citan como «secuestrados» – y cuya situación se encuentra pendiente del recurso que tiene previsto presentar el Gobierno ante la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derecho Humanos (TEDH), que el pasado julio condenó a España por la aplicación de esta doctrina a la etarra Inés del Río.
Taquicardias, mareos y vómitos
El colectivo de familiares y allegados de presos de ETA Etxerat ha cifrado en 558 los reclusos de la banda armada que se encuentran «en lucha» en 71 cárceles españolas y francesas en apoyo a Josu Uribetxebarria, preso de ETA enfermo de cáncer terminal ingresado en el Hospital Donostia que este miércoles ha puesto fin a la huelga de hambre que mantenía desde el pasado día 8 para exigir su puesta en libertad. Además, ha precisado que diez reclusos han abandonado el ayuno por motivos de salud.
En un comunicado, Etxerat ha destacado que «la gran mayoria» de estos reclusos se encuentran en huelga de hambre indefinida para denunciar «la grave situación en la que los responsables penitenciarios mantienen a Uribetxebarria» y reclamar su «inmediata liberación».
Además, ha indicado que también se están llevando a cabo otras protestas como «concentraciones, rechazo de comida, colocación de carteles, envío de cartas de denuncia al Ministerio del Interior y a Instituciones Penitenciarias o ayunos rotativos».
Etxerat ha puntualizado que «el rechazo a la comida de la cárcel significa que los presos ingieren algún tipo de alimento (leche, yogures, galletas) pero no estan siguiendo una alimentación ordenada ni suficiente».
Asimismo, ha señalado que el inicio de la huelga de hambre se ha dado en las diferentes cárceles y módulos entre el 9 y el 17 de agosto (la mayoría los días 11 al 13), lo que significa que muchos presos de ETA han cumplido ya 12 días de huelga de hambre y «comienzan a sentir las consecuencias», como «problemas de tensión descompensada, niveles de iodo y glucosa muy bajos, taquicardias, mareos, vómitos e incluso pérdida de conocimiento».
Según Etxerat, pese a que los reclusos en huelga de hambre han perdido una media de entre 5 y 11 kilos y de los controles, «generalmente diarios», que los servicios médicos les efectúan, «en determinadas cárceles los funcionarios efectuan exhaustivos registros de celda buscando comida».
Ingreso
Por otro lado, ha informado de que el preso de Lezo (Gipuzkoa), Gonzalo Rodriguez Cordero, de 67 años, ha permanecido ingresado en el hospital de Ciudad Real desde el día 19 hasta el 21 de agosto al sufrir una inflamación de hígado como consecuencia de la huelga de hambre que estaba realizando, y actualmente rechaza la comida de la cárcel.
Asimismo, ha indicado que Josetxo Arizkuren preso con enfermedad «grave e incurable» en la prisión de A Lama tuvo que poner fin a su huelga de hambre «por indicación médica» dos días después de iniciarla. Ha añadido que lo mismo ha ocurrido con otros ocho reclusos de la banda que han dejado su ayuno por motivos de salud.