ABC
Alcaldes y responsables políticos de tres comarcas aragonesas limítrofes con Cataluña —Ribagorza, La Litera y Bajo Cinca— se han rebelado contra la negativa de la sanidad pública catalana a atender a pacientes de estos municipios. Los alcaldes, que se reunieron ayer, se entrevistarán próximamente con el Gobierno aragonés que preside Luisa Fernanda Rudi. Le piden que actúe con contundencia ante esta situación, que también van a denunciar ante el Gobierno central. Es el segundo portazo sanitario que Cataluña da a los pacientes de esta comunidad. Desde julio de 2010, los médicos catalanes se niegan a expender recetas a pacientes crónicos aragoneses en la costa de Tarragona, tal como avanzó este diario en su edición del 12 de octubre de 2010.
Desde el pasado agosto, a pacientes no urgentes que acuden a consultas de especialistas y a servicios sanitarios del Hospital Arnau de Vilanova de Lérida se les insta a que vayan a hospitales aragoneses. Les ocasiona un serio problema, porque sus localidades —en la zona conocida como «Franja» aragonesa— están más cerca o mejor comunicadas con Lérida que con hospitales públicos de Aragón. La opción que les queda es ir al hospital de Barbastro (Huesca) y, de no tener allí ciertos servicios, desplazarse hasta Zaragoza. Los alcaldes advierten de que si se dirige toda la demanda a Barbastro, este hospital se colapsará. Recuerdan que, desde hace más de 30 años, miles de habitantes de estos municipios limítrofes con Cataluña venían siendo atendidos con normalidad en el centro ilerdense. Y alertan de que la actitud de la Generalitat puede suponer el incumplimiento de los convenios de colaboración sanitaria entre Aragón y Cataluña.
Según los alcaldes, muchos de los pacientes de la «Franja» se están empadronado en municipios catalanes para asegurarse la atención en el Arnau.
«La primera vez»
El tío de Mónica Burriel, uno de los pacientes de la Franja, ingresó en urgencias el pasado septiembre y a los cinco días fue remitido al hospital de Barbastro. «Es la primera vez que nos ocurre. Desde hace años mi familia ha sido atendida en el Hospital de Lérida y nunca nos han puesto problemas», denuncia la joven en declaraciones a TV3.
El responsable de la región sanitaria del Pirineo, Arán y Lérida, el doctor Antonio Mateu, aseguró ayer a ABC que esta situación solo afecta a pacientes no urgentes, los que «no se encuentran en una situación de fragilidad», y garantizó que «Lérida seguirá asistiendo a los enfermos de Aragón como hasta ahora». Mateu se mostró partidario de que «la comisión paritaria que representa a las dos comunidades se reúna en breve para analizar estos casos y evitar que el conflicto pase a mayores».
No obstante, en una circular del centro consultada por este diario, las autoridades sanitarias exponen claramente que la limitación asistencial no afecta a casos particulares sino que es generalizada: «…A partir de ahora cualquier enfermo de novo no urgente del área de Aragón que se encuentre dentro de tales situaciones será derivado a su correspondiente área sanitaria de manera precoz con el fin de evitar situaciones innecesarias de interrupción terapéutica», apunta la nota.
Diez millones de coste
El Hospital Arnau de Vilanova registra anualmente unas 2.500 altas y 30.000 consultas externas de pacientes de la Franja, lo que supone un 10% de la actividad asistencial y un coste de 10 millones de euros que se facturan en parte a la Seguridad Social.
Por otro lado, el Hospital Valle de Hebrón de Barcelona ha enviado una carta a los jefes de servicio en la que les recuerda que antes de atender a un paciente extracomunitario no urgente sin tarjeta sanitaria contacten con la unidad de atención al ciudadano para asegurar el cobro del servicio, según avanzó ayer El Periódico.