Si el objetivo último de la compra de Spanair es convertir el Aeropuerto de El Prat en un «hub» internacional –es decir, que se pueda volar a cualquier destino sin hacer escala en otros aeródromos, Barajas por ejemplo–, también lo es poder viajar llevando el nombre de Cataluña «allende los mares», como se decía antaño.


À. G. | BARCELONA

Si el objetivo último de la compra de Spanair es convertir el Aeropuerto de El Prat en un «hub» internacional –es decir, que se pueda volar a cualquier destino sin hacer escala en otros aeródromos, Barajas por ejemplo–, también lo es poder viajar llevando el nombre de Cataluña «allende los mares», como se decía antaño. Al menos esta es la opinión del jefe de filas de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Portabella, que ayer consideró oportuno rebautizar Spanair para que la aerolínea se identifique con Cataluña.

El edil republicano señaló en una entrevista en «Els matins» de TV3 que, del mismo modo que al mencionar Alitalia o British Airways todo el mundo ubica en el mapa la sede de estas compañías, lo mismo debía suceder con Spanair ahora que ha pasado a manos catalanas: «Los nombres se identifican con el territorio». Portabella, con todo, apuntó que el cambio de nombre no es una cuestión «urgente», aunque sí necesaria para que los ciudadanos la sientan «más suya».

En cualquier caso, la posibilidad de rebautizar Spanair genera debate. Agustí Cordón, director general de Fira de Barcelona advirtió que una decisión así tenía que estar «muy medida». Cordón, en declaraciones a Rac1, señaló al respecto que «lanzar una marca internacional es complicado», y hoy por hoy «Spanair ya es una marca conocida». Sin embargo, asumió que, del mismo modo, esta marca puede asociarse «a problemas de los últimos meses».

Quien también se pronunció ayer sobre Spanair fue el líder del PP, Mariano Rajoy, en este caso para cuestionar la participación pública en la gestión y propiedad de la compañía. Para el popular, el capital no privado debe retirarse de la compañía «en cuanto ésta se vaya recuperando». No obstante, sí dejó claro que la compra en sí es buena porque impide la desaparición de una aerolínea española y el consiguiente desempleo, pero insistió en que la participación pública en compañías privadas debe hacerse «puntualmente» en casos como éste. Los sindicatos catalanes advierten que estarán vigilantes para que el dinero público destinado a Spanair no se destine «para fines políticos».