José Montilla ha optado finalmente por el continuismo en la composición del nuevo gobierno tripartito


20061129112201.jpgIVA ANGUERA DE SOJO

29-11-2006-ABC

José Montilla ha optado finalmente por el continuismo en la composición del nuevo gobierno tripartito, en el que la mitad de los miembros, entre ellos los consejeros de más peso político, proviene del anterior ejecutivo de Pasqual Maragall y que ha quedado muy lejos de los compromisos socialistas de paridad de sexos. La gran novedad de este segundo tripartito -también la característica que permite a algunos confiar en que efectivamente se producirá un cambio radical respecto al modo de actuar del anterior gobierno- es la presencia de los tres auténticos hombres fuertes de los partidos que dan apoyo al gobierno: el propio Montilla, Joan Puigcercós por ERC y Joan Saura en ICV.

Sin olvidar que el nuevo organigrama del Gobierno catalán cumple el compromiso de Montilla de reducir el número de departamentos pero mantiene el reequilibrio de fuerzas surgido de las elecciones autonómicas. Uno de los elementos que ha centrado el debate entre PSC y ERC hasta prácticamente horas antes de la toma de posesión de Montilla ha sido la creación de un departamento propio para el líder republicano, Josep Lluís Carod-Rovira, de modo que se le mantiene al margen de las tareas de coordinación interdepartamental propias de Presidencia, que quedan plenamente en manos de Montilla.

Redistribución de poder

El nuevo departamento de Carod queda limitado a las relaciones exteriores, la promoción del deporte y la Secretaría de Política Lingüística. Sin embargo, ERC mantiene sus cuotas de poder redistribuidas en otros departamentos, con mención muy especial al que dirigirá Josep Huguet, una «macroconsejería» que agrupa Industria, Comercio, Turismo y Universidades.

El control sobre los medios de comunicación públicos queda adscrito a la nueva Consejería de Cultura y Comunicación que dirigirá Joan Manuel Tresserras, que ha desplazado del cargo a un ex peso pesado como Josep Bargalló, al que muchos sitúan al frente del Institut Ramon Llull.

Joan Puigcercós, por su parte, aúna en el Departamento de Gobernación el control sobre la función pública, la gestión de las subvenciones al mundo local y la Secretaría de Telecomunicaciones. La tercera novedad de ERC es la nueva responsable de Acción Social y Ciudadanía, antigua Consejería de Bienestar, Carme Capdevila.

En cuanto a los siete departamentos socialistas, Montilla vuelve a contar con Antoni Castells al frente de Economía -a la que se suman Consumo y Energía-; Joaquim Nadal permanece al frente de Política Terrotorial; Montserrat Tura pasa a dirigir Justicia, con la «patata caliente» de las prisiones como gran reto, y Marina Geli repite al frente del Departamento de Salud. Además de mantener a tres pesos pesados del equipo de Maragall como son Castells, Nadal y Tura, Montilla ha optado por colocar a su hermano, Ernest Maragall, al frente de Educación. Una operación que el propio presidente saliente intentó en la fallida crisis de gobierno de hace un año, paralizada precisamente por Montilla. y que tiene, por tanto, un alto valor simbólico.

Al frente de Trabajo la cuota femenina ha obligado a optar por Mar Serna, hasta ahora directora general de Relaciones Laborales de la Generalitat, que garantiza la continuidad respecto a Josep Maria Rañé, un hombre que viene de la UGT y que pertenece al sector más próximo a Montilla en el partido. El cabeza de lista del PSC por Lleida asumirá el Departamento de Agricultura.

Por último, Iniciativa mantiene a sus dos representantes en el Gobierno catalán. Joan Saura ha aumentado considerablemente sus atribuciones con la asunción de la cartera de Interior, que se suma a la de Relaciones Institucionales y Participación. Una apuesta arriesgada que ya ha recibido críticas tanto dentro de la formación ecosocialista como fuera del gobierno. Francesc Baltasar conserva, por su parte, el Departamento de Medio Ambiente y Vivienda.

En los próximos días, los 14 consejeros que hoy tomarán posesión deben completar sus equipos teniendo en cuenta que los tres partidos se han comprometido a incorporar a representantes de las otras formaciones en el segundo nivel de sus departamentos para evitar la reedición de los compartimentos estanco en los que se convirtió el primer tripartito.