Redacción

Jueves, 7 de octubre de 2010 |

El presidente de la CMT, Reinaldo Rodríguez; el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu; el presidente de la Generalidad, José Montilla; y el ministro de Industra, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, durante la inauguración de la nueva sede de la CMT en Barcelona (Foto: LVdB).

El presidente de la CMT, Reinaldo Rodríguez; el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu; el presidente de la Generalidad, José Montilla; y el ministro de Industra, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, durante la inauguración de la nueva sede de la CMT en Barcelona (Foto: LVdB).


Seis años después de tomarse la decisión y 53 días antes de las elecciones autonómicas, el presidente de la Generalidad, José Montilla, ha inaugurado este miércoles el flamante nuevo edificio que será la sede permanente de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT).

La CMT es la institución pública que se encarga del establecimiento y supervisión de los operadores en los mercados de telecomunicaciones, vela por la libre competencia de los mismos, y arbitra en los conflictos que puedan surgir en ese ámbito.

Un largo proceso

La decisión de su traslado a Barcelona, tras funcionar en Madrid desde su creación varios años antes, fue fruto de un pacto entre el entonces presidente autonómico Pasqual Maragall y el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pocos meses después de su llegada a la Moncloa.

Casualmente, dos de los protagonistas secundarios que más influyeron en aquella decisión -que tuvo que superar en los tribunales la oposición de la Comunidad de Madrid y de los propios trabajadores de la CMT-, han progresado hasta convertirse en los protagonistas principales del acto de ayer. Así, los que en aquella época eran, respectivamente, ministro de Industria y director de la Oficina Económica de Zapatero, es decir, José Montilla y Miguel Sebastián, ahora sí han salido en las fotos.

Fachada de la nueva sede de la CMT en Barcelona (Foto: LVdB).

Fachada de la nueva sede de la CMT en Barcelona (Foto: LVdB).

Edificio emblemático

El edificio inaugurado es toda una joya arquitectónica ubicada en el distrito tecnológico 22@, junto a la torre Agbar y a 100 metros de las oficinas centrales de Mediapro.

Diez plantas (más dos de aparcamientos subterráneos), 12.200 metros cuadrados (lo que da una media de 72 metros para cada uno de los 170 empleados), un auditorio par 300 personas, un parvulario para los hijos de los trabajadores, y construcción sostenible (reduce en un 50% las emisiones de CO2 a la atmósfera). Total, 62,5 millones de euros.

“Un raro caso de descentralización”

En su discurso, Montilla ha subrayado que “no solo estamos hablando de un magnífico edificio, sino de un modelo de Estado; un modelo de Estado de estructura federalizante, un modelo en el que actos como el de hoy deberían ser normales y no una excepción; un Estado que he defendido y defenderé convencido de que es el que prefiguraba la Constitución del 78, convencido de que las comunidades autónomas son Estado, y son una parte muy importante del Estado”.

Según el presidente autonómico, el traslado de la sede de la CMT a Barcelona, que ha calificado de “un raro caso de descentralización”, es “una muestra, que no es demasiado frecuente, de corresponsabilidad entre una Comunidad y el Estado”, y ha asegurado que “haciendo que las partes se sientan protagonistas del todo se preserva más y mejor la cohesión, a veces, que con las acaloradas apelaciones a la unidad”.

El líder del PSC ha insistido en que “la Administración General del Estado no se debilita cuando decide ubicar la sede de un ente regulador fuera de la capital del Estado, al contrario, desde mi punto de vista, se fortalece y contribuye a la construcción de un proyecto común también para España”.

El ejemplo alemán

“Tengo la firme esperanza de que en el futuro se va a producir un punto de inflexión positiva, y no estoy hablando solo de Cataluña sino también de otros puntos del territorio español; y lo digo convencido de que nadie pretende debilitar a Madrid sino reforzar España“, ha añadido.

Y para explicarlo, nada mejor que un ejemplo comparativo: “Nadie, ni los más conservadores, se atreverían a decir que Alemania tiene un Estado débil por tener la sede del Gobierno y del Parlamento en Berlín, las instituciones económicas en Frankfurt, los servicios secretos en Munich, o el Tribunal Constitucional en Karlsruhe, que está a 500 kilómetros de Berlín”.

Es curioso, sin embargo, que el Molt Honorable no acostumbre a recurrir al caso alemán, por ejemplo, en cuestiones lingüísticas. Y es que, sería interesante que explicara si en las zonas donde el frisio o el sórabo son lenguas propias, se sanciona por rotular los comercios únicamente en alemán o está prohibida la educación en esta lengua.