La Voz de Barcelona

El presidente de la Generalidad, Artur Mas, dentro de su estrategia de presión al Gobierno para conseguir el concierto económico, intensifica su labor de internacionalización de sus exigencias. Si hace un mes amenazaba con “un creciente divorcio” entre Cataluña y el resto de España desde las páginas del Financial Times, este jueves ha denunciado un supuesto “drenaje” fiscal de las cuentas autonómicas en una entrevista publicada en Le Monde.

El líder nacionalista ha asegurado que la etapa autonómica “toca a su final” porque no “permite” a la Generalidad tener más autogobierno y obliga a “trazar un nuevo camino”. Esta “transición nacional” estaría “guiada” por un principio: “Cataluña es una nación y tiene derecho a decidir su futuro”.

El líder de CiU reivindica su independentismo “a título personal”

“Dentro de este esquema, podemos estar cerca de España, dentro de ella. O más lejos, incluso fuera de ella. Esto es lo que habrá que determinar en los próximos años”, ha advertido Mas. Y ha indicado que una parte de la población catalana “siempre” ha sido independentista y otra “se ha convertido” a causa de “las dificultades de Cataluña de encontrar su lugar dentro de España”. “Hay quien estaba dentro del tren y quien se ha montado”, ha añadido.

Preguntado por si él está dentro de ese tren, Mas ha asegurado que sí, aunque “a título personal”. “Considero que Cataluña podría perfectamente ser un estado de la Unión Europea. La Holanda del sur, como algunos dicen”, ha subrayado. Aunque ha reconocido que “políticamente, la realidad es más complicada”:

“Debido a que Cataluña es una sociedad muy diversa, de la que más de la mitad de su población tiene origen español o extra español. Debido a que hace 500 años que pertenecemos al Estado español -desde hace 300 años por la fuerza, después de haber perdido las batallas y las guerras. Debido a que muchas de las empresas catalanas tienen como mercado natural España. Hay muchos intereses cruzados”.

El “pacto fiscal” como solución a todos los problemas

El presidente autonómico ha defendido un futuro con “más Europa, menos estados centrales y más gobiernos territoriales”. Y ha indicado que, si se produjese la secesión de Cataluña, esta no tendría ejército, ni política exterior, control fronterizo, aduanas, moneda propia o banco central, sino que se dedicaría a las políticas de proximidad, servicios públicos básicos, infraestructuras, seguridad interior y fiscalidad. Algo que, en su opinión, también se conseguiría con el “pacto fiscal”, que ha considerado como “una solución para Cataluña y también para España”.

Mas ha insistido en la necesidad del concierto económico para acabar con el hecho de que el resto de España “drene una parte excesiva” de los recursos de Cataluña. Y no ha descartado convocar un referendo sobre esta cuestión si el Gobierno rechaza su propuesta.