Símbolos arraigados en una historia centenaria.
M. A. BARROSO
11-02-2007-ABC
Hasta ahora se habían topado con el rechazo de minorías nacionalistas y grupos nostálgicos. Su uso en las manifestaciones de las víctimas del terrorismo los han puesto en la agenda del debate político. ¿De dónde proceden los actuales símbolos de nuestro país? ¿Cuáles fueron sus predecesores? Para Carmen Iglesias, miembro de la Real Academia Española y de la Real Academia de la Historia, que coordinó el libro «Los símbolos de España» publicado por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, «excepción hecha del Rey, cuya figura constitucional, y por tanto el papel simbólico que en ella se le otorga, ha tenido un adecuado tratamiento por parte de los especialistas, nos hemos encontrado con la ausencia de un texto o libro riguroso que, desde un punto de vista estrictamente científico, abordara la historia de algunos de nuestros principales símbolos». Este trabajo ha servido de base aquí para rastrear el pasado de la bandera, el escudo y el himno.
CASTILLA Y LEÓN. El león es el más antiguo de los emblemas del actual escudo de España. La monarquía leonesa es sucesora de los reyes godos, a quienes se atribuye el origen de las armas de León. Los primeros testimonios son de los siglos XI y XII, como la representación de Fernando II en el Tumbo A de la catedral de Santiago de Compostela, pintada en 1189 (arriba). El emblema de Castilla se crea en tiempos de Alfonso VIII, hacia 1175. La combinación de las dos armerías en un escudo cuartelado la haría Fernando III en 1230. Sobre estas líneas, Juan II, rey de Castilla y de León, en el «Armorial del Toisón de Oro» (Biblioteca del Arsenal, París).
ARAGÓN. El origen de las armas de los reyes de Aragón —los palos de oro y gules— está lleno de versiones coloristas. El primer testimonio auténtico se halla en los sellos de Ramón Berenguer IV, hacia 1150. A la izquierda, armas de Pedro IV (Armorial del heraldo Gelre. Biblioteca Real, Bruselas).
NAVARRA. Los escudos de Teobaldo I en un capitel de la catedral de Tudela son la representación más antigua con colores de las armas modernas de Navarra. Los cordones devinieron en las cadenas ganadas en la Navas de Tolosa por Sancho el Fuerte, algo que tiene más de leyenda que de base científica.
REYES CATÓLICOS Y FRANCO. En la imagen superior, armas y divisas de los Reyes Católicos en las que pueden apreciarse el yugo, las flechas, el nudo gordiano cortado y la granada. Debajo, el escudo de España promulgado en 1938. Franco restableció unas armas inspiradas en los Reyes Católicos, con el águila de San Juan como soporte y las divisas del yugo y el haz de flechas.
COMPENDIO HISTÓRICO. El actual escudo de armas de España fue definido por la Ley 33 de 5 de octubre de 1981. En él se resume gran parte de nuestra historia en unos símbolos heráldicos que, siendo de origen medieval y de uso real, se convirtieron durante la Edad Moderna en representativos de los distintos territorios de las coronas de Castilla y Aragón, así como del antiguo Reino de Navarra. Se sumaría la granada al natural que figura en el entado de plata de la parte inferior. El escusón con tres lises de oro es identificativo de la dinastía reinante. Las columnas con la leyenda «Plus Ultra» son, desde su adopción por Carlos I, la empresa considerada como propia por los españoles; continuaron en el escudo republicano, que sólo eliminó el escusón borbónico y cambió la corona real por la mural.
LA ELECCIÓN DE CARLOS III. En 1785, don Antonio Valdés y Bazán presentaba a Carlos III un proyecto para la sustitución del pabellón naval. La coincidencia del fondo blanco de nuestra enseña con las banderas de soberanías emparentadas —como Francia y Nápoles— y de otras naciones neutrales o enemigas estuvo en la raíz del cambio. Pero hubo algo más que diferenciar los navíos con vivos colores, muy visibles en la distancia: expresar la suspicacia del monarca frente a la Francia de los Pactos de Familia, que en la Paz de Versalles no ayudó a España a recuperar Gibraltar; había que manifestar independencia frente a presuntos paternalismos. Valdés entregó al rey una hoja con doce diseños (la lámina se conserva en el Museo Naval). Eligió el primero, con una variación: la franja amarilla central sería más grande a costa de las rojas hasta equilibrar la superficie de paño ocupada por cada uno de los colores. La bandera fue aprobada por Decreto de 28 de mayo de 1785.
HIMNO. Antigua marcha granadera compuesta por Manuel de Espinosa, músico de Carlos III, cuyas primeras noticias se remontan a 1749. El manuscrito se encuentra desde 1761 en la Biblioteca Nacional (arriba). Fue armonizado en 1908 por Bartolomé Pérez Casas, músico militar, cuyos derechos fueron devengados por sus herederos hasta 1998. Curioso destino el de una pieza modesta y sin letra oficial (Marquina y Pemán escribieron sendas versiones).
PRIMER SIGNO GRÁFICO. En el reverso de algunas monedas del emperador Adriano (s. I), Hispania se representa como una mujer reclinada que sostiene una rama de olivo, con un conejo al pie.
TRES MOMENTOS HISTÓRICOS. La bandera —que nace tras el escudo— no es en sus orígenes sino un escudo dibujado sobre un paño que se fija al extremo de un palo o asta. Arriba, el pendón de los Reyes Católicos que se conserva en el Museo del Ejército. Abajo, la bandera republicana y la constitucional.