La significativa presencia de elementos de la coalición proetarra en las candidaturas demuestra que son tapaderas de los abertzales.
J. M. Zuloaga
25-04-2007-La Razón
Madrid-Un primer examen de las candidaturas que ha presentado Acción Nacionalista Vasca (ANV) demuestra su absoluta «contaminación», alrededor del 53 por 100, por miembros de Batasuna, según los datos con los que trabaja la lucha antiterrorista. En el caso de las agrupaciones de electores que ha formalizado la propia coalición proetarra, la presencia de sus militantes se hace sin ningún tipo de disimulo, con el mismo descaro demostrado cuando recogían las firmas necesarias para presentarlas.
En municipios vizcaínos, la presencia de batasunos que «contaminan» las listas de ANV es muy significativa. En Arrankudiaga, de 10 hay seis «contaminados»; en Baracaldo, de 28, 15; en Bilbao, de 32 sólo se salvan 13; en Dima, de 12, cuatro; en Erandio, de 24, 11; en Ermua, de 20, sólo siete; en Guecho, de 29, 11; en Lejona, de 24, 10; en Portugalete, de 24, 14; en Santurce, de 24, 11; y en Sestao, de 24 tan sólo se salvan otros 11. Las cifras hablan por sí mismas.
También en Álava
En la provincia de Álava, en Labastida, de 12 miembros de la lista de ANV, siete están «contaminados»; y en Legutiano, de 12, lo están la mitad. Y en Guipúzcoa, en Ordicia, de 16 hay siete «contaminados»; en Tolosa, de 20, ocho; en Zarauz, de 23, ocho; y en Zizurkil, de 14, siete.
El cabeza de lista para las Juntas Generales por Vizcaya es el máximo dirigente Kepa Bereciartúa, que estuvo en la «mesa nacional» de HB.
En el caso de las agrupaciones de electores que presenta Abertzalen Sozialisten, la presencia de «batasunos» es más descarada. Por ejemplo, en la lista de la localidad guipuzcoana de Beasain figuran Asier Imaz Tellería y Jon Gorrochategui, de la actual «mesa nacional» de Batasuna. En Bilbao ocurre lo mismo ya que en la candidatura figura Jone Goiricelaya.
Se trata, en cualquier caso, de un primer examen que habrá de ser completado cuando se conozcan todas las candidaturas.
Uno de los argumentos con los que se podría intentar dar por buenas las listas de ANV, plagadas de individuos vinculados a Batasuna, es que éstos ya eran militantes del partido cuando, en el pasado, ocuparon cargos o formaron parte de candidaturas de la coalición.
Se trataría de acreditar que las listas ahora presentadas, que podrían ser rechazadas por el Supremo si se demuestra que son una tapadera de Batasuna, están integradas sólo por militantes de ANV y que, si ejercieron cargos o fueron candidatos de HB o Euskal Herritarrok (la marca utilizada a partir de 1999), fue porque el citado partido nacionalista formaba parte de la coalición proetarra. Es decir, eran militantes de ANV antes y lo son ahora.
A este respecto, fuentes antiterroristas han subrayado la absoluta falsedad de estos argumentos ya que las asambleas que ANV ha celebrado en los últimos años han contado con la asistencia de 20 a 30 «afiliados» que constituían el conjunto de la militancia.
La actividad de este partido ha sido prácticamente nula en los últimos tiempos y su «resurrección» a la política se ha producido, precisamente, cuando Batasuna necesitaba una alternativa para el caso de que sus agrupaciones de electores sean rechazadas por el Tribunal Supremo.
Otro de los argumentos que se podría utilizar es el de que ninguno de los candidatos «batasunos» que forman parte de las listas ocupa puestos de dirigente en la coalición. Aceptar estas candidaturas con esta disculpa sería sentar un peligroso precedente. Cualquier organización delictiva (y no sólo las de carácter separatista sino, por ejemplo, las de ideología nazi o xenófoba) sabría que con no incluir en sus listas a sus máximos o más conocidos dirigentes tendría garantizada su presencia en los procesos electorales.
Las fuentes consultadas subrayaron que lo importante es saber si el Gobierno tiene la voluntad política de que el brazo político de ETA, con el disfraz que se quiera, esté presente en ayuntamientos y otras
corporaciones a partir del próximo 27 de mayo, o bien va a impedirlo.
El supuesto alto el fuego que mantiene ETA tendrá muy poco valor una vez que los terroristas consigan su objetivo de estar de nuevo en los ayuntamientos. A partir de ese momento, empezará la cuenta atrás para las elecciones generales, a las que los proetarras no se presentan y que no les interesan, pero que se convierten en un formidable argumento de presión al Gobierno.