Los futbolistas vascos reivindican un «equipo nacional» en su primer partido fuera de España en 69 años.


20070622115559.jpgJ. Márquez

22-06-2007-La Razón

Madrid- Los nacionalismos siempre han encontrado en las competiciones deportivas un terreno abonado para amplificar sus reivindicaciones territoriales, y en los últimos días tanto el País Vasco como Cataluña están intensificando la «ofensiva». Si hace apenas unos días la «selección española» de fútbol sala se enfrentó en un remoto rincón de Siberia (Rusia) contra un combinado catalán en un partido no oficial pero en el que sonaron los himnos y los jugadores iban perfectamente uniformados, el pasado miércoles los jugadores de la selección de fútbol del País Vasco aprovecharon el partido -esta vez oficial- que les enfrentó al combinado nacional de Venezuela para exhibir sendas pancartas en castellano y euskera en las que reclamaron la «oficialidad» de su federación. Además, dejaron claro a los espectadores que, en su opinión y en la del Gobierno vasco, «somos una nación».

Ante el inminente comienzo de la Copa América de Fútbol, la selección venezolana buscó un «sparring» con el que ultimar su preparación de cara al torneo y lo encontró en la selección del País Vasco, siempre ávida de participar en eventos cuanto más internacionales mejor. Un día después de que terminara la liga española, los seleccionadores vascos -José Ángel Iribar y Miguel Etxarri- partieron hacia tierras venezolanas acompañados por los 20 convocados, entre ellos el valencianista Asier del Horno o los jugadores del Athletic de Bilbao Aritz Aduriz y Joseba Etxeberría.

Sin oposición

Antes de emprender viaje, los responsables del combinado vasco se mostraban entusiasmados ante la posibilidad de disputar un partido oficial lejos de España. Era la primera vez desde hace casi 70 años, exactamente desde el 20 de junio de 1938 -en plena Guerra Civil-, cuando la selección del País Vasco jugó contra la de Cuba en La Habana. Y, después de esperar tanto tiempo, nada se iba a interponer en el evento, ya que el presidente de la Federación Vasca de Fútbol, Iñaki Dobaran, dejó claro durante el acto de presentación del mismo que ni habían recibido ni esperaban ninguna comunicación de la Federación Española contraria a la celebración de este encuentro.

Todo estaba preparado, pues, en el Estadio Pueblo Nuevo de San Cristobal (Venezuela) para la «rentré» internacional del combinado vasco, y aunque el partido estuvo lleno de alternativas, goles, expulsiones y emoción -el País Vasco ganó por cuatro goles a tres y hubo dos expulsados, uno por cada bando-, lo verdaderamente relevante sucedió antes de que el árbitro diera el pitido inicial.

En los prolegómenos, ambos equipos se alinearon en el centro del terreno de juego y los jugadores de la selección del País Vasco -acompañados cada uno de ellos por un niño- desplegaron dos grandes pancartas con un mismo mensaje en castellano y euskera: «Somos una nación. ¡Oficialidad!». Ahora falta saber si, como ha ocurrido con el partido de fútbol sala Cataluña-España, el polémico mensaje también dará juego en el terreno político.