La Voz de Barcelona
La Diputación de Lérida ha aprobado, este viernes, su adhesión a la Asociación de Municipios por la Independencia, convirtiéndose en la corporación institucional más importante que da su apoyo a la entidad, fundada recientemente por el alcalde de Vic (Barcelona), Josep Maria Vila d’Abadal (UDC), cuyo único fin es la secesión de Cataluña.
La moción aprobada ha contado con el apoyo de CiU, ERC y CDA (Convergència aranesa). PP y PSC han votado en contra. La Diputación ilerdense ha delegado en su presidente, Joan Reñé (CiU), la representación de la institución provincial ante la entidad municipalista controlada por CiU.
Reñé se ha declarado favorable a la independencia Cataluña, pese a ocupar un cargo derivado directamente de la Constitución, como es la Presidencia de la Diputación de Lérida. El pasado verano, por ejemplo, señaló que, desde su punto de vista: “Continuamos estando, por desgracia, en unos momentos en los que la agresión, por parte de la España más profunda, a nuestra esencia como país, que es la lengua, sigue siendo absoluta. Nuestra lengua está, históricamente y continuadamente, siendo agredida, lo estamos viendo cada día, y desde el ámbito que yo represento, que son las comarcas de Lérida, de una forma muy especial”.
Una institución al margen de la ley
La institución ilerdense se ha caracterizado, en los últimos años, por aprobar mociones y textos que se han demostrado al margen de la ley. Ese fue el caso del reglamento lingüístico de la Diputación que excluía por completo el uso del español. Tras un recurso de Convivencia Cívica Catalana, la Justicia anuló parte del reglamento por considerar que no se puede obligar al uso de una de las dos lenguas oficiales (tres, en el caso de Lérida, ya que el aranés está considerado como oficial por la Diputación).
Otra decisión polémica y al margen de la ley fue la cesión de la sede del Instituto de Estudios Ilerdenses para celebrar un referendo para la independencia de Cataluña, no vinculante, no oficial y al margen de las instituciones. Se celebró el 25 de abril de 2010. La decisión la adoptó el que entonces era presidente de la Diputación y antecesor en el cargo a Reñé, Jaume Gilabert (ERC).
Finalmente, también obra de Gilabert fue la reacción de quitar la bandera de España y situar la de Cataluña a media asta, en la fachada de la Diputación, el día que se hizo pública la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Autonomía. Entonces, el presidente de la Diputación consideró que el fallo de un tribunal era motivo de luto.