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La memoria de las víctimas del terrorismo centrará la primera visita al País Vasco del nuevo ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien se reunirá mañana martes en Vitoria con el consejero vasco Rodolfo Ares. El titular de Interior quiere primar la debida atención a quienes han padecido el zarpazo de los violentos frente al debate surgido en torno a la situación de los presos de ETA, cuestión esta última que alienta el propio Gobierno Vasco, con el lendakari a la cabeza, al reclamar a Mariano Rajoy una política penitenciaria «flexible» una vez la banda decretó su cese.
Como prueba de las prioridades del Gobierno del PP, Fernández Díaz traerá bajo el brazo el convenio de colaboración con el Ejecutivo vasco para crear juntos el futuro Centro Nacional para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo. En el documento, al que ha tenido acceso ABC, se subraya que gracias a la acción policial y judicial, la colaboración internacional y «la resistencia cívica» se está logrando «poner fin al ciclo terrorista». Pero también se incide en que «dejar atrás el pasado no quiere decir olvido», para lo cual «la memoria debe convertirse en un fuerte muro que imposibilite la vuelta atrás a la violencia totalitaria».
Este memorial, recogido en la nueva Ley de Reparación a las Víctimas, se dedicará exclusivamente a los afectados por ETA, el GAL y el Batallón Vasco-Español. No habrá lugar por tanto para las llamadas víctimas de «violencia policial», como reclaman los nacionalistas. El centro se ubicará en el País Vasco y su financiación y puesta en marcha será coordinada por una comisión integrada por ambos gobiernos. Desde las asociaciones de víctimas se quejan de la «opacidad» en torno al proyecto y de que no se cuente con ellas para su elaboración.