La negociación y el «alto el fuego» permitió a la banda reorganizarse y ahora la convicción policial es que algunos comandos ya están sobre el terreno listos para actuar.


20070619112223.jpgJulio Manzano

19-06-2007-El Semanal Digital

19 de junio de 2007. En el seno de las Fuerzas de Seguridad resulta difícil de aceptar, cuando se parte de una situación previa de lucha antiterrorista con otros Gobiernos, que el Gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero ofreciera gavelas a ETA en forma de blanduras políticas, judiciales y policiales. Zapatero ha llevado la banda de nuevo a las instituciones a través de ANV y ETA dispondrá de cientos de millones al año provenientes de las arcas públicas, mejor dicho, de los impuestos de todos los españoles.

«Ponemos la nunca y pagamos la bala, como en China», subrayan miembros de la lucha antiterrorista a Elsemanaldigital.com. ETA cuenta ahora para reanudar los atentados con comandos en España y con otros que pueden desplazarse desde Francia ocasionalmente, siempre según esas mismas fuentes. Durante los meses de «alto el fuego», la banda no ha interrumpido en ningún momento sus tareas de organización interna, como se demostró con la captura de comandos como el Urederra en Guipúzcoa o el intento de organizar otra célula en el Levante frustrado tras la captura del etarra Iker Aguirre.

Las fuentes consultadas insisten en que ETA tenía planificada la ruptura del «alto el fuego» con meses de antelación y que ha estado preparando su estructura para reanudar los atentados terroristas cuando la dirección diera la orden. Por eso sospechan que los comandos encargados de cometer acciones criminales están sobre el terreno y se afirma que hay comandos de ETA no sólo en el País Vasco, sino también en otras zonas de España. De ahí que esas mismas fuentes reconozcan el retroceso dado en la lucha contra el terrorismo y mantengan ante este periódico que «en 2004 existían informes sobre la mesa del Presidente José María Aznar que daban una vida de 14 meses a la banda».

Aznar dejó, sin ningún género de dudas, como una de sus grandes herencias políticas la contundencia en la lucha contra el terrorismo etarra y su capacidad por haber sabido dar una dimensión internacional a ese terrorismo. «Costó mucho esfuerzo -advierte algún antiguo colaborador del presidente a Elsemanaldigital.com-: fueron muchas horas de trabajo, se hallaron muchas luces con muchas sombras, pero al final se acorraló a ETA». Fueron ocho años de gestión política en la que sobresalía un estilo nítido para señalar donde estaba el verdadero problema del terrorismo.

Aznar supo ir cortando las alas a ETA, dinamitó las coartadas políticas de las que disfrutaba y acorraló socialmente a los etarras. De ahí se ha acabado saltando al reconocimiento de ANV, un caballo de Troya de Batasuna, que se ha presentado partida por la mitad a las elecciones del 27-M, como si fuera legal la acera de los pares e ilegal la acera de enfrente.