‘Las Comunidades Autónomas están llamadas también a defender el interés general, además del de sus nacionalidades y regiones. Obligadas también a velar por la patria común e indivisible’, asegura el vicesecretario de Comunicación del PP.

El vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, en una rueda de prensa reciente (Foto: PP).
Redacción
Martes, 8 de marzo de 2011 | El vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, ha señalado este martes que ‘el modelo político, económico y social, que pusimos en marcha con la Constitución necesita actualizarse para un tiempo diferente, quizá para los próximos treinta años’, subrayando que ‘la descentralización llega un día que ya es suficiente’.
En una entrada en su blog, el dirigente popular ha asegurado que ‘cuando murió Franco, los españoles teníamos que ponernos al día de demasiadas cosas y se nos juntaron distintas transiciones que no era necesario que coincidieran en el tiempo. La principal, desde luego, fue de la dictadura a la democracia, pero, dentro de aquel torrente de metamorfosis históricas, también pasamos del centralismo a la descentralización política. Se podía haber construido una democracia jacobina, pero se optó por aceptar la pluralidad sustancial de nuestra tierra y por un Estado compuesto. Fue un acierto. Sin embargo debería reconocerse que, por más que fuera el autogobierno de las nacionalidades y regiones españolas la condición necesaria para alcanzar una democracia compartida por todos, democracia y autonomía no son conceptos paralelos, ni obligatoriamente se implican uno a otro. Y aunque recordemos que comenzaron juntas, de la democracia siempre debemos esperar más, mientras que la descentralización llega un día que ya es suficiente’.
‘Corregir los excesos y carencias del Estado autonómico’
Según González Pons ‘es justo asumir que le hemos dado al pueblo algo más de centrifugación burocrática que de proximidad política. Por eso digo que, incluso proclamando que el Estado autonómico es un éxito sin precedentes, quizá haya llegado la hora de repasar críticamente hasta donde se ha llegado y corregir los excesos y carencias en que inevitablemente se haya incurrido, como sucede en toda obra humana. Después de treinta años defendiendo la liquidación simultánea del Estado unitario y del Estado autoritario, pienso que, dado que no son lo mismo, ya podemos distinguir los dos procesos y poner en valor que las Comunidades Autónomas están llamadas también a defender el interés general, además del de sus nacionalidades y regiones. Obligadas también a velar por la patria común e indivisible‘.
Entre sus propuestas destacan la de ‘restaurar los techos de gasto y endeudamiento para las haciendas autonómicas’, sin olvidarse de que ‘el juego limpio exige que la Administración central pague lo que debe cuando toca’. Y considera fundamental ‘reconstruir la unidad del mercado interior’. ‘Parece absurdo que el mercado español tenga más barreras por dentro que el de la Unión Europea, o que, la existencia de diecisiete mercados distintos, sea una dificultad más para el desarrollo económico y productivo en nuestro país, haciéndolo pesado y discontinuo’, añade.
Insiste en ‘mejorar el actual Estado autonómico’, ‘simplificando su estructura y evitando duplicidades’, pero ‘sin modificar una coma ni una competencia‘, sino con ‘un poco más de cooperación’. ‘No una reforma constitucional sino otra práctica constitucional, consistente, como dijo aquel, en no tirar todos a la vez de la misma manta dejándonos al aire los pies. Es decir un poco más de España. […] España es diversa y generosa pero no es discutible, es verdadera y no se trata de una idea o una teoría que esté por venir’, concluye.