ABC
Los dirigentes de ETA han dado luz verde para que vayan regresando a España aquellos miembros de la banda que no tienen causas pendientes con la Justicia —porque han prescrito— o, que si las tienen, son de escasa relevancia. Fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por ABC subrayan que, en principio, esta autorización que afecta a un importante número de «exiliados» afianza la decisión de los cabecillas etarras de cesar definitivamente la actividad criminal. Muchos de estos etarras están sujetos a convenios que en su día firmaron el Gobierno español y las autoridades de terceros países. Esta circunstancia, al ser de carácter político, no supondría un obstáculo añadido en un contexto de abandono irreversible de la «lucha armada».
Hasta el momento, el «comité ejecutivo» —«zuba»— de ETA siempre se había opuesto al regreso de los etarras diseminados por diferentes países de América, África e incluso Europa, salvo que fuera para reincorporarse a la actividad terrorista. A los cabecillas nunca les ha agradado las salidas individualizadas de sus militantes, ya que, entre otros motivos, con ello transmitirían una imagen de rendición y entrega al enemigo. La prohibición era más contundente para aquellos que en algún momento desempeñaron funciones dentro de la cúpula. En efecto, los terroristas temían que, a cambio de algún trato de favor, revelaran a la Policía secretos que pudieran poner en peligro la propia seguridad de la organización criminal. La dirigente María Dolores González Katarain, «Yoyes», que se encontraba en México, desobedeció la orden y regresó. Por ello el pistolero José Antonio López Ruiz «Kubati» le asesinó el 10 de septiembre de 1986 cuando paseaba por Ordicia junto a su hijo de corta edad. Desde ese momento, han sido muy escasos los terrroristas que decidieron volver para reinsertarse, y siempre lo han hecho por la «puerta de atrás». Se da la circunstancia de que los etarras Elena Bárcena y Javier Pérez Lekue, deportados en la década de los ochenta a Cuba, llevan años deseando regresar a España hastiados de las penuriasque sufren bajo el régimen castrista, pero la dirección de ETA no se lo permitía. Por ello, recientemente intentaron viajar a Venezuela en compañía del terrorista Ignacio Etxarte, aunque este sí está reclamado por sus vinculaciones con las FARC.
Según las fuentes consultadas, ya se han detectado algunos movimientos de etarras residentes en países de América Latina que revelarían su intención de regresar al País Vasco, aunque aún son muy incipientes. Sin embargo, podrían tomar impulso a partir de las elecciones generales, sobre todo si Amaiur obtiene buenos resultados y extiende la euforia a la «diáspora» etarra.
«Mesa técnica»
Se calcula que hay entre 150 y 200 etarras diseminados por América, Europa y África que ya no tienen causas pendientes con la Justicia, porque habrían prescrito, pese a tener un historial con asesinatos. Es el caso de Ángel Aldana, Jesús Urteaga, Eugenio Barrutiabengoa o José Luis Eciolaza Galán, «Dienteputo». A Arturo Cubillas le ha prescrito la causa por el asesinato de Ángel Facal, pero se le investiga por vínculos con las FARC.
Al autorizar el regreso a España, la banda intentaría centrarse en aquellos huidos que sí tienen causas pendientes, y muy graves, con la Justicia, para poner su difícil situación personal, junto a la de los presos, sobre la «mesa técnica» en la que, según su «hoja de ruta», debería sentarse cara a cara con el Gobierno. Con todo, la autorización para que regresen estos «exiliados» avala la hipótesis de que la decisión de ETA de cesar la actividad terrorista es «definitiva e irreversible». Por otra parte, la Audiencia Nacional absolvió ayer a Oier González de varios actos de «kale borroka», a pesar de que se autoinculpó ante la Policía.