La banda comunica a la militancia de su brazo político que los dirigentes encarcelados están amortizados. La nueva «mesa» de Batasuna tiene menos miembros, más jóvenes y radicales y con menor «formación» política.


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2-5-2008 – LA RAZÓN

J. M. Zuloaga, Madrid

ETA ha comunicado a Batasuna que los miembros de la «mesa nacional» que se encuentran en la cárcel ya no forman parte de este órgano directivo y ha decidido que, a partir de ahora, los dirigentes de su brazo político actúen en la más completa clandestinidad para evitar nuevas detenciones.

Tan sólo uno o dos personajes, con una cierta experiencia, como Tasio Erquicia e Iñaki Olalde, se ocuparán de «dar la cara» en ruedas de prensa y comparecencias públicas, con el riesgo de que puedan ser arrestados en cualquier momento, pero sin que ello signifique que tengan capacidad decisoria dentro de Batasuna.

Según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas, ETA ha decidido dar por «amortizados» a los miembros de la «mesa nacional» que, en varias operaciones policiales, han sido detenidos en los últimos meses y han ingresado en prisión. La banda ha hecho llegar a las bases de su brazo político que estos individuos, entre los que se encuentran personajes tan «destacados» en el pasado como Joseba Permach, Arnaldo Otegui, Pernando Barrena o Rufi Echeverria, no tienen ya ningún tipo de representación dentro de la coalición.

ETA pretende, además, con esta comunicación, cortar cualquier tentación de aglutinar en torno a Otegui, que abandonará la cárcel en los próximos meses, un nuevo intento de negociación. Al parecer, se han detectado algunos movimientos entre los personajes que protagonizaron el fallido «proceso» y los dirigentes etarras quieren cortar de raíz vías que no sean las que ellos puedan determinar en su momento.

Al mismo tiempo, estos cabecillas han designado una nueva «mesa nacional», menos numerosa que la anterior, integrada por individuos con una edad media de treinta años y cuyo denominador común es el de las posiciones radicales, obediencia ciega a las consignas que emanan de la banda y escasa «formación» política.

Las Fuerzas de Seguridad trabajan ya para identificar a los nuevos dirigentes «batasunos» pero se encuentran con la dificultad de que han reforzado al máximo las medidas de seguridad y es muy difícil detectar reuniones de más de dos personas.

Al parecer, la consigna que han recibido de la banda es la de evitar, al menos de momento, sesiones conjuntas de todos los integrantes de la nueva «mesa», que utilizan esos contactos a dos para comunicarse consignas, pasarse documentos y poco más.

Las fuentes consultadas subrayan la decisión de ETA de devolver a la clandestinidad a su «brazo político», como ocurrió durante la dictadura y los primeros años de la Democracia, lo que indica que se va a volcar en la actividad terrorista para tratar de forzar una nueva negociación con el Gobierno.

Los terroristas se han apuntado a la teoría del «empate infinito», según la cual España y Francia jamás conseguirán vencerles con la acción de las Fuerzas de Seguridad ni ellos lograrán poner contra las cuerdas a ambos Estados.

La solución, según esta estrategia, no puede ser otra que la negociación. Para lograrla lo mejor es actuar sin prisas, golpeando al «enemigo» de forma constante y, de vez en cuando, con ataques más fuertes, hasta conseguir que se siente de nuevo en la mesa de conversaciones.