Comparte la fórmula de la consulta y abre la puerta a una reedición de Estella.


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ETA emite ya sus primeras señales a favor de la propuesta del lendakari, Juan José Ibarretxe, de convocar una consulta popular sobre la autodeterminación, haya o no acuerdo previo con el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero. Dinamitado el «proceso de paz» y neutralizado el obstáculo que representaba Imaz al frente del PNV (al menos, por el momento) ya se empiezan a percibir los primeros movimientos en el nacionalismo vasco y en la «izquierda abertzale» hacia una reedición del pacto de Estella.

El «plan B» de Ibarretxe y las renovadas pretensiones de la «ETA post-proceso» reúnen las suficientes coincidencias como para ensamblarse en un futuro no excesivamente lejano. A los expertos tampoco les coge por sorpresa, ya que en el debate interno «¿Orain zer?» (¿Ahora qué?) desarrollado en el verano de 2003, la banda comenzó a gestar su apoyo, con condiciones, al plan Ibarretxe. De hecho, después, los etarras prestaron tres de los seis votos de Batasuna para que la propuesta independentista del lendakari fuera aprobada en el Parlamento vasco.

La maniobra de «Josu Ternera» de filtrar ayer, a través de «Gara», sus exigencias, 48 horas después del anuncio del lendakari, avalan este análisis. El citado periódico se hacía eco del «Zutabe» -boletín interno de la banda- número 112 correspondiente a septiembre, en el que además de ofrecer, por enésima vez, su versión del «proceso», ETA sube el tono del chantaje al advertir de que «se ha abierto una nueva fase de enfrentamiento».

Para la organización criminal, hoy «está más claro que nunca que la superación del conflicto pasa por una solución política, y que esa solución política debe ofrecer una respuesta directa a los derechos de Euskal Herria: es decir, a la territorialidad y la autodeterminación».

Dicho esto, la banda coincide con la fórmula de la consulta planteada por Ibarretxe al advertir de que «la llave» para poner fin a la violencia reside «en el acuerdo político entre los agentes vascos, en preguntar a los ciudadanos vascos, y en el respeto por parte de España y Francia» a la voluntad expresada por estos.

Y es que en su propuesta, Ibarretxe sostiene que el Estado deberá respetar el «mandato imperativo» de la sociedad vasca a través de una consulta «habilitadora», en el caso de que no hubiera habido antes un acuerdo con Zapatero.

Coincidencias

Por otro lado, ETA, en su último «Zutabe», advierte de que «sólo cuando los partidos cierren un acuerdo político resolutivo se darán las condiciones políticas para retomar el proceso negociador y para que ETA active sus compromisos de alto el fuego». El renovado plan Ibarretxe es casi un calco, ya que plantea que una vez celebrado el «referéndum resolutivo», que sitúa en el segundo semestre de 2010, se abriría un proceso negociador. Y si la banda deja claro que sólo cuando haya «acuerdo político resolutivo» anunciará un «alto el fuego», Ibarretxe se muestra de acuerdo con esta premisa al asumir en su propuesta que la tregua será consecuencia de la negociación, y no, como ha ocurrido hasta ahora, una exigencia previa. «ETA estaría obligada por decisión popular a realizar una manifestación inequívoca» de abandonar el terrorismo tras el referéndum de 2010, propone el lendakari. ¿Y hasta entonces?

La banda recuerda que «los derechos democráticos de Euskal Herria», están «bien definidos» en la propuesta presentada por Batasuna en el pabellón Anaitasuna de Pamplona el pasado mes de marzo, que prevé un nuevo marco para el País Vasco y Navarra. Con todo, aclara que se trata de «una propuesta de transición» que «sólo puede entenderse en la dirección de creación del Estado de Euskal Herria». ETA se confiesa «gendarme» de Batasuna cuando añade que la negativa del Gobierno a la propuesta del Anaitasuna la llevaron a reabrir «todos los frentes», lo que conlleva «la apertura de una nueva fase de enfrentamiento entre Euskal Herria y el Estado español».

La banda de «Ternera» recupera así su tono más chantajista y matón para erigirse, además, en representante y valedor del conjunto de los ciudadanos vascos. Probablemente las «reflexiones» expuestas en este último «Zutabe» fueron elaboradas poco después de que la banda intentara causar una matanza de mujeres e hijos de guardias civiles con la colocación de un potente coche bomba junto a la casa cuartel de Durango. Para ETA, este tipo de atentados indiscriminados constituyen la «única alternativa» para «luchar y profundizar en el camino de la creación del Estado Vasco». Y es que la organización criminal, en el documento en el que coincide con aspectos del plan Ibarretxe, amenaza con que «hay que responder a las agresiones que nos llegan desde las administraciones de los estados».

Aviso a navegantes

El «zutabe» contiene, asimismo, una frontal amenaza al PSOE, al advertirle de que «si persiste en su estrategia de hacer un fraude a Euskal Herria, se encontrará frente a frente con ETA, y el objetivo de nuestra actuación será profundizar en la crisis de España».

ETA considera que otra de las conclusiones que ha arrojado el «proceso» es que «el conflicto que enfrenta a Euskal Herria con los estados es una cuestión internacional y que su resolución política requiere de la implicación de los agentes internacionales».

Por último, las específicas críticas a Imaz hacen entrever que, en efecto, su salida del EBB despejan el camino para una reedición del pacto de Estella. «Bajo el mandato de Imaz y Urkullu», acusa ETA el PNV «ha actuado en apoyo al Gobierno español en todo el proceso, dejando sola a la izquierda abertzale. Se ha negado a defender los derechos de Euskal Herria». Una vez neutralizado Imaz, y con un Ibarretxe emergente en su desafío al Estado, la banda parece ver libre el camino para la «acumulación de fuerzas nacionalistas» que lleve a la reedición del pacto de Estella. Los analistas creen, además, que ETA trata de impedir que el PNV monopolice ahora la fórmula del referéndum, cuando la banda ya la planteó en su «alternativa democrática» de 1995, cuando reivindicó el atentado contra Aznar.