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Mariano Rajoy y David Cameron se verán mañana en Bruselas. Tiene intención de conversar, fundamentalmente, sobre el contenido del Consejo Europeo que se celebrará ese día, pero habrá tiempo para un primer diálogo sobre Gibraltar, a la espera de un futuro viaje del presidente del Gobierno a Londres, según aseguran fuentes gubernamentales.

La reunión se va a producir después de que el primer ministro británico abogara, ante la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, en Estrasburgo, por la autodeterminación del pueblo gibraltareño. Una intervención que no ha gustado al Gobierno español y así se lo hará saber Rajoy, reiterando lo expuesto en una carta dirigida por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo al secretario del Foreign Office, William Hague, en la que recuerda que ni en el Tratado de Utrecht de 1713 ni en la doctrina de Naciones Unidas sobre descolonización se habla de autodeterminación.

La postura del Ejecutivo español se resume en dos ideas. La primera es que Madrid y Londres, tal y como se establece en la Declaración de Bruselas de 1984, tienen que volver a negociar sobre la soberanía, algo que no se hizo mientras gobernó José Luis Rodríguez Zapatero.

La segunda idea es que hay una buena disposición a seguir avanzando en la cooperación regional, pero contando no solo con los gibraltareños sino también con los habitantes de las poblaciones del Campo de Gibraltar, a este lado de la Verja. Es decir, pasar de un un foro de diálogo a tres bandas a otro con cuatro interlocutores.