Los agentes realizaron las declaraciones ante las cámaras vestidos con el uniforme reglamentario, aunque con la cara cubierta para no ser identificados
12.06.09 – VASCO PRESS | BILBAO
Un agente y un suboficial de la Ertzaintza han reconocido que durante los gobiernos del PNV habían recibido órdenes de no actuar contra ETA. En declaraciones efectuadas y emitidas este mediodía en Antena 3, los dos policías aseguraron que habían trabajado «con las manos atadas» en su lucha contra el terrorismo.
Los agentes realizaron las declaraciones ante las cámaras vestidos con el uniforme reglamentario, aunque con la cara cubierta para no ser identificados. «Hemos recibido órdenes directas de superiores para no actuar contra ETA y su entorno», señalaron los policías que también indicaron que «hemos tenido las manos atadas durante muchos años; en todo lo que tocaba la izquierda radical había actuar de otra manera porque había una predisposición política claramente a no detener a todas esas personas».
Al ser preguntados si había órdenes directas para no actuar contra ETA y su entorno, los ertzainas respondieron que sí: «Sí, sí, ya le digo que sí. Directamente no se puede actuar. Cuando se está cometiendo un acto delictivo hay que actuar y si te dicen que no actúes se les está dando alas».
Desprestigiados
Los policías se consideran desprestigiados por la casi nula acción contra los terroristas y su entorno durante ese periodo político, y su objetivo es relanzar ahora su imagen y ser pronto un cuerpo policial eficaz. «Es mi mayor ilusión poder leer en la prensa que por fin hemos cogido a un comando de ETA desde la investigación, y no desde la casualidad de que se topen con un patrullero», afirmó uno de los agentes.
Los dos miembros de la Ertzaintza expresaron sus recelos por la actitud que puedan tener muchos mandos de la policía vasca: «Hay bastantes altos mandos que están en la órbita del PNV –aseguran–. Ellos son sus jefes y señores, y habrá que mirar con lupa a mucha gente». Al mismo tiempo indicaron que en el seno de la Policía autonómica
había «esperanza de cambio, una esperanza muy grande, sobre todo de trabajar, y de trabajar sobre los problemas que tiene esta sociedad. A mi me gusta llegar a mi casa y sentir que he cumplido con mi trabajo. Hasta estos momentos no lo he vivido mucho».