«El debate da oxígeno a la banda».


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Madrid- Parlamentario vasco, estará hoy en Estrasburgo en representación de la Fundación en Defensa de la Nación española.

 ¿Por qué les preocupa tanto el debate del Parlamento Europeo?

 Su mera celebración es un hecho pernicioso para la democracia española y para la lucha contra el terrorismo. Da oxígeno a ETA. Tarde o temprano, ETA volverá a las andadas y entonces tendremos que explicar de nuevo en la UE que es una organización terrorista y no una guerrilla, y que en el País Vasco no hay dos bandos contendientes sino una organización criminal que asesina a la sociedad civil y que trata de destruir a la Nación española.

 ¿Por qué han decidido desplazarse a Estrasburgo?

 Vamos acompañando a otros colectivos cívicos. El objetivo es demostrar, en la medida de nuestras posibilidades, que en España las decisiones de Zapatero no son un paseo militar, sino que hay una gigantesca oposición civil que rechaza su política.

 Por cierto, como vasco amenazado, la tregua al menos le está permitiendo vivir más tranquilo, ¿no?

 Aunque nosotros pudiéramos vivir más cómodos, aunque fruto de este proceso nos pudieran llegar a retirar la protección policial, aunque dejáramos de estar amenazados, eso no es suficiente, ya que lo que está en juego es la defensa de las libertades y la idea de una España unida. Si eso es lo que está encima de la mesa de la negociación con los terroristas, nunca será un premio que nos quiten la escolta o que nos liberen de nuestros sacrificios.

 ¿Cree que se va camino de un País Vasco independiente?

 Es lo que busca ETA y los nacionalistas y también parece el camino al que está abocado el Gobierno, puesto que ha dado muestras de que está dispuesto a hacer concesiones gravísimas de carácter político.

 Ni el PP habla ya de que España se rompe. Su partido está participando en el proceso de reformas estatutarias… ¿Cuál es el sentido de un proyecto como el de su fundación?

 El fin principal es recuperar el valor del patriotrismo en un marco en el que el Gobierno está en manos de unas minorías que tienen como última meta destruir la Nación española. No vale con que un partido defienda con contundencia su unidad, sino que también es necesario que la sociedad civil se organice y ahí es donde entra en juego la fundación.

 Desde la izquierda se les acusa de extremistas.

 Ésa es la salida fácil de quien busca desacreditar cualquier defensa de la Nación española. Hay que combatir todos los extremismos, el de la izquierda antinacional, que siempre ha visto la Nación española como un gravísimo error histórico, y también el de quienes han jugado a envolverse en la bandera y en la patria desde posiciones ultras que rechazan muchos españoles.