Daniel Tercero
Lunes, 13 de diciembre de 2010 | Un histórico dirigente del PSC como Julio Villacorta (nacido en Barcelona en 1947) considera que “en este momento el PSC no tiene dos almas”, ni tantas como militantes, tal y como ha apuntado otro histórico del socialismo catalán Josep Maria Triginer, que este domingo tomó la palabra en el Consejo Nacional, sino que, apunta Villacorta, “todo el PSC es catalanista”.
Sin embargo, para Villacorta, actualmente en las filas de UPyD Cataluña, “por lo que sea, ahora el tema de las almas del PSC se ha puesto encima de la mesa, como uno de los elementos que puede polarizar al partido en la resolución de su criris”. Pero se muestra seguro de cómo finalizará este debate: “Lo van a reconducir, el PSC va a seguir siendo catalanista”.
Histórico del PSC (Congrés)
Villacorta vivió el proceso de creación del PSC-PSOE desde su militancia en el PSC (Congrés), una de las tres formaciones que daría lugar al PSC, además de la Federación catalana del PSOE y el PSC Reagrupament. Entre los cargos de dirección del PSC, además de ser el ponente de la Ponencia Política en el congreso del PSC de 1987, Villacorta llegó a ocupar la Secretaría de Organización y de Finanzas de la Federación de Barcelona bajo la batuta directa del propio Triginer y fue miembro del Consejo Nacional hasta su salida del partido, hace ahora un lustro.
En una conversación en exclusiva para LA VOZ DE BARCELONA, el ex dirigente del PSC desgrana las interioridades que llevan al PSC a mantener una posición tan distante con el PSOE y defender posiciones más cercanas al nacionalismo catalán.
“Dos polos de poder”
Villacorta defiende que, pese a no haber dos almas en el PSC, actualmente “sí hay dos polos de poder distintos: el mundo de Raimon Obiols y Nou Cicle, que sigue vivo, que siguen alimentando el incremento de los niveles de autogobierno de Cataluña; y, por otro lado, un sector que tiene la mayoría sociológica del partido y que, igual que hace tiempo, siguen sin discurso político pero sí tienen ambición de poder”.

Julio Villacorta, ex dirigente del PSC (Foto: LVdB).
¿Qué ocurrirá tras el congreso del año que viene y posterior a las elecciones municipales? “Van a seguir mandando estos últimos y lo venderán diciendo que no ponen en riesgo la relación con el PSOE, pero mandarán en la línea de los que siguen queriendo elevar los niveles de autogobierno“. Es la equidistancia que últimamente mantiene el PSC. Los capitanes (incluso generales para El Periódico) controlan el partido pero los nacionalistas marcan las políticas a llevar a cabo.
En este sentido el pulso con el PSOE se mantendrá siempre. ¿No hay límite para el PSC? Solo uno. Apunta Villacorta que el PSOE dejará hacer al PSC siempre que mantenga “la disciplina de voto en el Congreso”, incluso aunque llegue a tener un grupo independiente en la Cámara nacional. Siempre votarán lo mismo: “Este es el punto insalvable, es el punto sagrado para el PSOE“.
Y tanto que lo es. De hecho, el ex dirigente del PSC asegura que hay algo más, no solo un pacto al inicio de la legislatura, que une al PSC y al PSOE en el Congreso pero para descubrirlo, añade, “quizás nos tengamos que ir a las cloacas de la política“.
Los capitanes
Villacorta defiende que el catalanismo político se ha extendido a todo el arco ideológico de Cataluña y, por eso, ahora no sorprende tanto que el PSC defienda el catalanismo por encima del socialismo. “El PSC hace bastantes años que sustituyó, en un congreso, el concepto socialista por el concepto catalanista“, y recuerda que a él criticar ese concepto, en los órganos de direccion del PSC, le fue “imposible”.
¿Quién controla el PSC? “Desde el congreso de Sitges [1994] se visualiza que la mayoría del partido la controlan los capitanes y, poco después, a Maragall le dan la oportunidad de presentarse a la Generalidad [1999]“. Este no tenía un discurso radical “como sí lo tuvo después”, recuerda Villacorta, y por eso pudo haber sido un buen enlace entre los dos polos de poder. No fue así.
Pero, quién manda de verdad no tiene una respuesta fácil. Villacorta sospecha que “dentro del mundo del PSC están las organizaciones formales y las informales”. En estas últimas, principalmente formada por los nacionalistas que no controlan las estructuras orgánicas, “se trataban las líneas de una estrategia política”. ¿Por ejemplo? “La estrategia de un Estatuto nuevo”, que Villacorta no sabe de dónde sale: “Me hacía cruces porque no entendía el fervor con el que el PSC abrazaba esa opción política”.
La figura de Obiols
Sin embargo, Villacorta no duda en mantener la idea de que esos “organismos paralelos” a la dirección del PSC cuentan “con el visto bueno de los capitanes”, pues estos, añade, “solo tienen cultura de poder” y “mientras haya poder… hasta donde nos dejen”, cree que piensan los capitanes del PSC.
¿Quién es el responsable de esta arquitectura? Una “persona a la que respeto, considero que tiene una gran inteligencia y es un estratega político”. Se refiere a Raimon Obiols. “Es el padre de todo este diseño”. Un animal político. Villacorta cuenta una anécdota que puede ilustrar la capacidad (y el maquiavelismo) de Obiols. En varias ocasiones tras alguna de las derrotas del PSC en elecciones autonómicas, cuenta Villacorta, que “le decía a Obiols: ‘Has perdido’; y él me devolvía la frase: ‘No, he ganado; Cataluña, en su autogobierno, avanza‘”. No importaba que el PSC hubiera perdido.
Por otro lado, los intelectuales han abandonado al partido. “Se han ido porque no se sienten cómodos con los capitanes cortando el bacalao” y el discurso algo elaborado lo sigue haciendo el Nou Cicle de Obiols, eurodiputado del PSOE. Según Villacorta, “el PSC no puede presentar un plantel de intelectualidad”.
¿El futuro?
En lo más inmediato, lo ideal sería que Carme Chacón, ministra de Defensa, tomase las riendas del PSC. Pero Villacorta, que la considera uno de los candidatos más adecuados cree que “es un riesgo en lo personal [tanto en lo familiar como en sus aspiraciones políticas]” y solo daría un paso al frente si se lo “pidieran desde el PSOE”. No en vano, apunta Villacorta, sería una capitana, “no levantaría sospechas en el resto de España” y “se mueve bien” en el sector nacionalista.
En este sentido, no sería descabellado que “alguno” a nivel personal entrase a formar parte de alguna aventura saliéndose del PSC. Por ejemplo, en alguna plataforma ideada por Josep-Lluís Carod-Rovira (ERC) o en el embrión del partido político creado por Pasqual Maragall, tras su salida del PSC. Sin embargo, se quedaría en “anécdotas”.
La verdadera apuesta será la sociovergència. Villacorta tiene claro que “se impone un periodo, desde el punto de vista fáctico, que es la sociovergència“. Eso sí, disimuladamente “en una primera instancia” para que se respeten “ciertos cargos institucionales”. ¿Y quién mejor para evidenciar esta posición del socialismo compinchado con el nacionalismo que Joaquim Nadal? Joaquim Nadal, actual consejero en funciones de Política Territorial y Obras Públicas y próximo presidente del PSC en el Parlamento autonómico, “y su área de influencia”.
El ex dirigente del PSC asegura que “llegarán a un cierto pacto interno para mantener en el poder a un sector de los nacionalistas para que la travesía del desierto sea más llevadera y para que a la vez puedan conducir el PSC y llegar a un equilibrio”. Pero, sobre todo, “para que no cambie nada”. En cualquier caso, el futuro nuevo primer secretario del PSC “será del sector de los capitanes pero seguirá abrazando el discurso y la acción política de Obiols, Castells, Tura…”.
El PSC ideal
Antes de finalizar la conversación con Villacorta, se atreve con lo que consideraría un PSC ideal: “Mi carta a los Reyes Magos, que hace mucho tiempo que no hago, sería pedir un PSC que no se obstinara en reducir Cataluña al nacionalismo… y ya está”.
En este sentido, recuerda una de sus últimas intervenciones en un Consejo Nacional del partido, en la que les pedía a los máximos dirigentes que él, que nunca había sido, ni lo era, ni lo sería catalanista, no se viera abocado a la “expatriación”, porque no podía asumir un catalanismo político que asfixiaba su espacio vital, y el de muchos de los ciudadanos socialistas en Cataluña. “En esto, el PSC es más sectario que la propia Convergència”, añade Villacorta no sin que se le corte la voz, “Convergència no tiene la voluntad de convertir a nadie, el PSC, sí”.