Don Juan Carlos califica el atentado de Barajas de «cobarde y vil», a los asesinos como «abominable lacra» y se solidariza con las víctimas.
Diego Mazón
07-01-2007-La Razón
MADRID- Una semana después del brutal atentado terrorista del aeropuerto de Madrid, Su Majestad el Rey volvió a apelar ayer, como ya hiciera en su discurso de Navidad, a la unidad como clave para acabar con el terrorismo, y destacó la importancia de la acción judicial y policial en la consecución de ese objetivo. En concreto, señaló su «plena confianza en la fortaleza de nuestras instituciones democráticas, en todos los instrumentos que nos proporciona el Estado de Derecho, en la sólida acción de la Justicia, en la eficaz actuación de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y en el reforzamiento de la cooperación internacional» como elementos fundamentales con los que, indicó, «conseguiremos poner fin definitivamente a la violencia terrorista». Tampoco faltó, como es habitual en sus grandes discursos, un recuerdo para todas las víctimas del terrorismo, más motivada si cabe en esta ocasión, pocas horas después de que los equipos de rescate sacaran el cuerpo del segundo fallecido de entre los escombros del parking de la terminal 4.
En una alocución con motivo de la celebración de la Pascua Militar inevitablemente marcada por la reaparición sangrienta de ETA, Don Juan Carlos quiso dedicar un recuerdo especial a los «dos jóvenes trabajadores ecuatorianos que vivían en nuestro país con la ilusión de conseguir un futuro mejor para ellos y sus familias». El Rey, que empleó hasta siete expresiones distintas para manifestar su repulsa por la acción de la banda terrorista, quiso comenzar afirmando que «por desgracia, una vez más, el afán cruel y despreciable de los terroristas ha causado nuevas víctimas».
Antes de entrar en materia militar, motivo de la festividad instaurada por Carlos III, el Monarca calificó de «cobarde y vil» el atentado y remarcó su «pesar, afecto, apoyo y solidaridad» a los familiares y amigos de los dos ecuatorianos fallecidos «en estos difíciles momentos». Más allá de estas dos nuevas muertes causadas por la bomba de ETA, Don Juan Carlos reiteró su «más respetuoso homenaje a todas las víctimas de la abominable lacra del terrorismo, así como nuestro decidido respaldo a sus familias».
Pero junto al desprecio por la barbarie y el apoyo a las víctimas, el Rey, vestido con el uniforme de Capitán General del Ejército de Tierra, quiso transmitir un mensaje de firmeza y confianza en la victoria sobre el terrorismo gracias a los valores comunes de todos los españoles. «Junto a la radical repulsa y firme condena de este salvaje atentado -prosiguió Don Juan Carlos-, quiero también subrayar que la barbarie terrorista nunca quebrará nuestra fe en la democracia y nuestra determinación en la defensa de los valores y principios de nuestra Constitución». En este sentido, puso en la Carta Magna la garantía del «pleno ejercicio de nuestros derechos, el pluralismo, la diversidad y la convivencia en libertad de todos los españoles».
Como colofón a su detallada reflexión sobre el atentado, el Rey recalcó el mensaje que quiso transmitir en el tradicional discurso de Nochebuena: «Unidos, acabaremos con el terrorismo». Entonces, recalcó que «todas las instituciones y fuerzas democráticas tenemos el deber y la responsabilidad de lograr la unidad y la cohesión para desplegar todos los esfuerzos que nos permitan alcanzar, juntos, el objetivo irrenunciable de poner fin al terrorismo». Ayer, el mensaje se dirigía a todos los españoles.
«Consolidar el bienestar»
El Rey, en el plano militar, subrayó y agradeció a los miembros de las Fuerzas Armadas «la muy valiosa labor profesional desarrollada dentro de nuestras fronteras» y destacó la «labor continua y permanente, siempre austera y generosa, que contribuye de forma decisiva a mantener la seguridad, a reforzar la estabilidad y a consolidar el bienestar de nuestra sociedad».
Don Juan Carlos, en su calidad de Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, comenzó sus palabras con un «emotivo recuerdo, y el de toda la Familia Real, a todos aquellos compañeros que el año pasado dieron sus vidas en el cumplimiento del deber». Tras el saludo a los militares y guardias civiles que se encuentran en misiones en el extranjero «o bien salvaguardando -con su abnegado y silencioso quehacer diario- los intereses de nuestra Patria», instó a «redoblar esfuerzos para garantizar al máximo la protección y la seguridad de nuestros soldados, dentro y fuera del territorio nacional», en el marco «del riesgo intrínseco que implica el empleo de las capacidades militares».
Por último, el Rey mostró su esperanza de que «el actual desarrollo normativo en asuntos relativos a la política de personal dé sus frutos y que quienes escogen servir a España desde la Carrera Militar, vean recompensado su esfuerzo con una trayectoria profesional que reconozca su entrega y disponibilidad permanentes, así como unas condiciones económicas y de calidad de vida acordes a su función».
El ministro de Defensa, José Antonio Alonso, repasó el año concluido y avanzó las líneas del que comienza. Y como no podía ser de otra manera, se refirió a ETA y señaló que «todos los demócratas, desde la firmeza y fortaleza de la democracia, conseguiremos acabar con una lacra repudiada por toda persona decente». Como anuncio de cara a este año, el titular de Defensa avanzó que España será la encargada de liderar el Eurocuerpo y que ya tendrá activa su nueva Fuerza Conjunta de Reacción Rápida.