Aboga porque se llegue a un acuerdo «amplio y transversal», tanto en las instituciones autonómicas como en las Cortes, que pueda finalmente ser sometido a referéndum.


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El secretario de Organización y portavoz de la Ejecutiva del PSE-EE, Rodolfo Ares, cree posible una reforma del marco jurídico-político vasco si el PNV plantea una propuesta «realista y viable». Por eso, en una entrevista concedida a Europa Press, aboga porque se llegue a un acuerdo «amplio y transversal», tanto en las instituciones autonómicas como en las Cortes, que pueda finalmente ser sometido a referéndum. Como condiciones para aceptar cualquier propuesta, citó que tenga el «respaldo» del PSOE y el de la mayoría del Parlamento y que tenga «cabida en el marco constitucional».

Las cosas por su orden

La clave para ampliar el marco estatutario está, según el dirigente socialista, no en la inmediata celebración de una consulta -como «equivocadamente» plantean el lendakari Juan José Ibarretxe y el tripartito- sino en la búsqueda previa de «acuerdos entre los vascos, respetando la pluralidad», y en su tramitación «con respeto a las reglas del juego». «Hacerlo al revés es simplemente poner el carro delante de los bueyes y trasladar a la sociedad una incapacidad para llegar a consensos», advirtió Ares, en cuya opinión, esa actitud, «lejos de propiciar soluciones, traerá conflictos, problemas y enfrentamientos».

Si las cosas se hacen por su orden y el PNV «plantea una posibilidad realista y viable», aseguró, «el PSE-EE está seguro de que no habrá ningún problema para que en las Cortes Generales apoyen lo que hemos aprobado». «El PSE-EE no va a acordar nada que no sepa que, después, va a tener el respaldo del PSOE y, por tanto, del resto de la Cámara en las Cortes Generales», insistió.

Ares matizó su optimismo al advertir que debe tenerse en cuenta que en la actualidad «la prioridad debería ser acabar con el terrorismo y consolidar la paz porque es el principal problema del país».

Según Ares, el nacionalismo en su conjunto y, en todo caso, el PNV, viven un «fin de ciclo fruto de muchos años de responsabilidades en el Gobierno y por el agotamiento de la ciudadanía ante su incapacidad de desarrollar un proyecto para el conjunto de la sociedad vasca». El mismo proceso de fin de ciclo lo detecta Ares en el tripartito, que «lleva en crisis mucho tiempo, pero se ha visualizado más en la política de alianzas tras las pasadas elecciones». Síntoma de ello son también los «sonoros fracasos» con los que siempre concluyen los mandatos del lendakari Ibarretxe, obligado con frecuencia a convocar elecciones anticipadas.

Sobre el PNV, añadió que su «fuerte división interna» es «evidente», pues se han configurado «dos corrientes que defienden posiciones bastante diferenciadas». Pese a ello, vaticinó que dentro de la formación nacionalista «se hará un esfuerzo para armonizar un acuerdo».

El dirigente del PSE-EE se refirió también a las conversaciones mantenidas por su partido, el PNV y Batasuna durante el llamado «proceso proceso». En este asunto se mostró «prudente» con el fin, dijo, de «no contribuir a generar confusión, ni mucho menos a difundir versiones parciales e interesadas como hacen otros». Sí aseguró que «no hubo ningún preacuerdo, como se ha dicho», ni se avanzó «en nada» en estos contactos porque «no hubo posibilidades».

Dentro de la Constitución

«En todos los contactos que hemos tenido con otros partidos políticos o con personas de la izquierda abertzale, los socialistas siempre hemos defendido que cualquier acuerdo al que se pudiera llegar tenía que tener en cuenta el respeto más escrupuloso a la sociedad vasca y a la legalidad vigente; y tendría que desarrollarse en las instituciones respetando las reglas de juego, los cauces democráticos y legales; y que tuviera cabida en la Constitución», precisó. Ares expresó su alegría por «la recuperación» de la presidenta del PP vasco, María San Gil, y por su regreso a la vida política pero lamentó «que este tiempo no le haya servido para reflexionar, porque vuelve por los mismos derroteros, vuelve con una carga de insultos y descalificaciones que no son tolerables». «Es una indecencia decir que el Gobierno sustenta la estrategia de ETA o que alentamos al nacionalismo radical. Eso una falsedad, una tremenda patraña y una mayor mentira», dijo. A su entender, «el problema del PP en Euskadi y en el conjunto de España es que está más obsesionado con atacar al Gobierno y al PSOE».