CiU, PSC, ERC, ICV-EUiA y Solidaritat han rechazado este jueves en el Parlamento autonómico de Cataluña una moción presentada por Ciudadanos para ‘derogar las cuotas lingüísticas y el régimen sancionador’ que impone la Ley del Cine de Cataluña (que está recurrida ante el Tribunal Constitucional) a las salas y a los distribuidores si no proyectan, al menos, el 50% de las películas en catalán. Solo el PP ha apoyado la propuesta.
La diputada autonómica Carmen de Rivera (C’s) ha recordado que “las imposiciones lingüísticas, según el Tribunal Constitucional, no caben en las relaciones entre privados” y que “según la normativa europea, contravienen las normas de libre mercado“. Además, ha propuesto fomentar “la digitalización de las salas”, lo que permitiría a los espectadores elegir la lengua de las películas.
PSC: “Las cuotas [lingüísticas] no nos gustan, pero son necesarias”
Desde el PSC, Consol Prados ha defendido las sanciones lingüísticas porque, según ha indicado, “la oferta de cine no responde a la realidad lingüística del país [Cataluña]“, y en estos casos “es lógica la intervención de los poderes públicos”. “Las cuotas no nos gustan, pero son necesarias”, ha añadido, y ha acusado a Ciudadanos de ver “fantasmas y problemas donde no los hay”.
Àngels Ponsa (CiU) ha apostado por “el diálogo con el sector”, y ha indicado que el pacto al que se llegó hace unas semanas entre el Gobierno autonómico y las distribuidoras significa que “nadie cree necesarias las sanciones”, pero ha rechazado modificar la ley para derogarlas. “Si llega el momento, ya se hablará”, ha insistido.
Toni Strubell, de Solidaritat Catalana per la Independència, ha señalado que “si no hay oferta, es imposibe que se constate que hay demanda, porque la oferta crea su propia demanda”, y ha defendido las multas lingüísticas porque, en su opinión, nos encontramos “en un escenario lingüístico heredado de una dictadura”. Por último, Strubell ha acusado a Ciudadanos de ser “despiadados” porque “pierden toda perspectiva de ayuda al débil” por una supuesta “manía españolizadora”.