La solicitud, que afectaría también a la Ertzaintza, pretende preservar el carácter «civil» de la Cámara foral


El general de la Guardia Civil Miguel Castro, a su llegada a la Casa de Juntas. / TELEPRESS

El general de la Guardia Civil Miguel Castro, a su llegada a la Casa de Juntas. / TELEPRESS


O. BARRIUSO| BILBAO

Los nacionalistas criticaron la asistencia de las fuerzas de seguridad a la toma de posesión de López El PNV ha puesto negro sobre blanco el enfado que le provocó ver el pasado jueves «tricornios» en el interior de la Casa de Juntas de Gernika durante la toma de posesión del lehendakari Patxi López. El grupo jeltzale en las Juntas vizcaínas registró ayer una proposición no de norma para que se impida la presencia de representantes «uniformados» de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y de las Fuerzas Armadas –lo que incluiría también a la Ertzaintza– en el interior del salón de plenos del histórico edificio.

Según puntualizaron fuentes peneuvistas, la Policía autónoma vasca «nunca» ha accedido al interior de la Cámara, y tampoco lo hizo, recalcan, en el acto solemne de la pasada semana. Por primera vez en la historia democrática vasca, los máximos representantes en Euskadi de la Policía, la Guardia Civil y el Ministerio de Defensa –un general, un coronel y el jefe superior de Policía– fueron invitados a la toma de posesión de un lehendakari, que siguieron desde el interior de la Casa de Juntas. En todo caso, el acto de la jura –promesa en el caso del nuevo jefe del Ejecutivo– no es sino un Pleno extraordinario del Parlamento vasco, que, con el permiso de las Juntas vizcaínas, se traslada por un día a Gernika por su fuerza histórica. Ese simbolismo es, precisamente, el que el PNV –que acogió con disgusto general todas las «innovaciones» que el PSE ha introducido en la ceremonia– cree vulnerado con la invitación a las fuerzas de seguridad.

La portavoz del grupo juntero peneuvista, Aizbea Atela, puntualizó ayer que no se puede «ignorar el profundo carácter simbólico» del edificio, «íntimamente ligado a la defensa de la paz y la condena del militarismo y la guerra». En opinión del PNV, ese espíritu «difícilmente puede casar con la presencia de uniformados ocupando el espacio parlamentario», por más que acudan en representación de instituciones plenamente democráticas. Precisamente, durante la pasada legislatura, agentes de uniforme pisaron también por primera vez otra Cámara, la de Vitoria, invitados por su entonces presidenta, la peneuvista Izaskun Bilbao. La máxima responsable del Parlamento abrió las puertas del recinto legislativo a la Guardia Civil y al Ejército en un acto de «coherencia» para homenajear al miembro del instituto armado Juan Manuel Piñuel y al brigada Luis Conde de la Cruz, ambos asesinados por ETA.

«Desde el 36»

Los peneuvistas creen que lo sucedido en Gernika es diferente. «Esto no pasaba desde el 36», comentaban el pasado jueves fuentes cercanas a la dirección jeltzale, en alusión al comienzo de la Guerra Civil y a la entrada de las tropas franquistas, poco antes de la jura del lehendakari José Antonio Aguirre. «Según el fuero histórico, ahí no entraban ni uniformes ni curas ni abogados», apostillaban.

Ayer, Atela insistió en que, con su iniciativa, el PNV pretende preservar el carácter «parlamentario en todo momento y ocasión» de la Casa de Juntas que es, subrayó, «un espacio de representatividad, un espacio civil, un espacio de acuerdo y paz». Los peneuvistas, que tienen mayoría en esa institución, pretenden que la Cámara foral –responsable última del edificio– impida «en lo sucesivo y ante cualquier acto o sesión, que pueda darse la presencia de miembros uniformados de las Fuerzas de Seguridad del Estado y Fuerzas Armadas, a excepción de cuando fuera requerida su presencia».