El Mundo
Era una comparecencia de guante blanco. El nuevo titular de Interior, Jorge Fernández, estaba siendo recibido con diplomacia parlamentaria por todos los grupos parlamentarios. Pero la intervención del parlamentario de Amaiur Iker Urbina cambió la temperatura de la sala del Congreso. Y es que el diputado de la izquierda abertzale, amén de defender que la política que va a poner en marcha el Ejecutivo de Rajoy era «más policías y más represión», habló de «presos políticos» para referirse a los internos de ETA, y reclamó el fin de lo que considera que es una legislación de excepción para estos internos.
Fernández, que hasta ese momento había mantenido la compostura parlamentaria, elevó el tema en su réplica a Amaiur. Se le tenía que «caer la cara de vergüenza» al hablar de presos políticos. El ministro recordó que hace apenas 24 horas había asistido al homenaje a Alberto Jiménez Becerril y a su mujer Asun, asesinados por ETA en Sevilla de disparos en la cabeza. «Hablar de presos políticos en España es una indecencia y una inmoralidad», aseguró el ministro.
Aplauso en la Comisión
Fernández Díaz fue aplaudido por numerosos diputados que estaban en la comisión de Justicia e Interior cuando cuando le preguntó cómo se puede llamar presos políticos a los que dispararon a bocajarro, en la cabeza, al matrimonio sevillano, asesinado por ETA en 1998.
«Aún no han condenado todavía la violencia, ni han exigido a los terroristas que se disuelvan. Sería un buen momento hoy que aprovechara la ocasión como portavoz de Amaiur para hacerlo», retó el ministro al parlamentario. Pero solo obtuvo silencio ante esta petición. El diputado Urbina insistió en sus argumentos iniciales y el ministro cerró ese debate con un rontundo: «Permítame que le valore más por lo que no dice que por lo que dice».
Urbina replicó que en la paz no debe haber ni vencedores ni vencidos, a lo que el ministro le respondió: «Habrá vencedores, que son los demócratas y los hombres de paz, y habrá vencidos, que son los terroristas».