Los nacionalismos miran al Este con envidia y se afanan por justificar y promocionar en España el «proceso» secesionista kosovar.

18-2-2008 – ABC
El Gobierno vasco se apresuró ayer a tomar nota de la declaración de independencia unilateral de Kosovo y a calificarla como una «lección sobre el modo de resolver de manera pacífica y democrática conflictos de identidad y de pertenencia».
En un paralelismo con la propuesta del lendakari Ibarretxe de consultar a la sociedad vasca en un referéndum, con la pretensión de que el Gobierno respete la voluntad de los vascos, la portavoz del ejecutivo de Ibarretxe, Miren Azkarate, aseguró ayer que «el respeto a la voluntad ciudadana es la llave para la resolución de los problemas políticos enquistados». Según Azkarate, «los conflictos de convivencia entre pueblos diferentes» es preciso solucionarlos desde «el respeto mutuo, el diálogo, la convivencia entre iguales» y «el reconocimiento al derecho de los pueblos a decidir su propio futuro».
Azkarate convocó rueda de prensa en domingo para dejar claro que el Gobierno vasco ve lo ocurrido en Kosovo como un ejemplo de cómo en Europa «se pueden solucionar los problemas de forma democrática y dialogada respetando la voluntad de la ciudadanía».
El Gobierno vasco aprovechó la declaración de independencia de Kosovo para reiterar su reivindicación de autodeterminación para el País Vasco. «Kosovo es un nuevo ejemplo de vigencia del derecho democrático a la libre determinación plasmado en la legislación internacional y desmiente una vez más a los que sostienen que ese derecho no existe en ningún país democrático», dijo Azkarate.
En la misma línea, Eusko Alkartasuna mostró su satisfación ante la declaración de independencia de Kosovo y consideró que «abre las puertas al derecho a decidir de los pueblos» y demuestra que éste es «uno de los principios democráticos esenciales dentro de la política de la Unión Europea», según dijo Nekane Alzelai, candidata de EA al Congreso por Guipúzcoa.
A pesar de que el Parlamento de Cataluña tiene previsto votar una proposición de apoyo a la independencia de Kosovo, ayer el nacionalismo catalán se mostró mucho más discreto que el vasco. El presidente de ERC, Joseph-Lluis Carod-Rovira, advirtió que «cualquier paralelismo entre Kosovo y Cataluña no tiene sentido, porque se trata de realidades absolutamente distintas, aunque los derecho de los pueblos sí son los mismos».
El PSOE matizó ayer que el rechazo de España a reconocer la declaración de independencia de Kosovo es compatible «con una posición constructiva dentro de la Unión Europea», que previsiblemente sí reconocerá la independencia de la provincia serbia.
Según dijo la secretaria de Relaciones Internacionales del PSOE, Elena Valenciano, su partido entiende que en estos momentos la estabilidad de los Balcanes «no está en juego como para saltar por encima de la legalidad internacional, que debe ser uno de los principios que rijan las relaciones internacionales».
Desde el PP, el eurodiputado Gerardo Galeote criticó al Gobierno por haber mostrado, a su juicio, «debilidad» en la defensa de su posición en contra de la independencia de Kosovo ante la Unión Europea.
Según Galeote, España «se ha quedado sola» y «no ha tenido capacidad de influencia sobre otras potencias», «algo que no es original en los últimos tiempos», dijo.
El eurodiputado consideró la declaración de independencia de Kosovo una «mala noticia para España» y aseguró que «la Unión Europea se afianzará como la bolsa de dinero de ayudas a estos nuevos estados».