Además de los bancos, otros aliados ocasionales del Gobierno son las eléctricas y, sobre todo, Iberdrola.


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27-2-2008 – ABC

JOSÉ ANTONIO NAVAS. MADRID.

Los resultados de las grandes sociedades cotizadas y, sobre todo, las estimaciones de beneficios para el presente ejercicio de 2008 constituyen uno de los pilares en la estrategia del Gobierno para espantar definitivamente los fantasmas de una crisis económica en España.

Según ha podido saber ABC en funtes de toda solvencia, la Oficina Económica de Presidencia que dirige David Taguas está esperando como agua de mayo la presentación de los estados financieros correspondientes al pasado ejercicio que mañana harán públicos tanto Telefónica como Repsol. Los datos de estos dos grandes «blue chips» de la Bolsa española pueden ser determinantes para evidenciar que las grandes empresas del índice Ibex 35 gozan de una excelente salud lo que aleja cualquier presagio pesimista sobre el papel de la economía española.

Para los asesores de Zapatero, no es sólo la evolución macroeconómica la que muestra una registros envidiables en la comparación homogénea con las principales economías de la OCDE. La microeconomía de las grandes sociedades cotizadas avala igualmente la perspectiva de un año 2008 realmente halagüeño para los gestores y, se supone que también para los accionistas, de estas compañías multinacionales que pasean el pabellón español por el mercado global.

De momento, los dos grandes bancos, Santander y BBVA, así como las dos principales compañías eléctricas, Iberdrola y Endesa, han comparecido ante los inversores y analistas para explicar sus cuentas del ejercicio pasado. La entidad que preside Emilio Botín se ha descolgado con unos beneficios de 9.060 millones, lo que supone un 19,3% de incremento sobre 2006. Sin embargo, más trascendental de cara al inmediato futuro es el hecho de que el Banco Santander haya anunciado un crecimiento de su beneficio por acción durante este año del orden del 15%. En paralelo, el BBVA ha registrado 6.126 millones de beneficio, casi un 30% más que en 2006 y, al igual que su competidor, ha asegurado que en 2008 los resultados aumentarán al menos en una cifra de dos dígitos.

La crisis «subprime» no ha hecho acto de presencia en los balances de la gran banca española, lo que puede contribuir a realzar el papel de nuestras principales marcas con vistas a la futura clasificación mundial del sector. Tanto el Banco Santander como el BBVA parten con ventaja en la carrera frente a sus rivales extranjeros, lo que ha levantado no pocas suspicacias en Europa.

Además de los bancos, otros aliados ocasionales del Gobierno son las eléctricas y, sobre todo, Iberdrola, que acaba de formalizar sus mejores credenciales del pasado ejercicio con una subida de los beneficios del 42%. La compañía que preside Ignacio Galán ha presupuestado para este año un aumento de su beneficio operativo o Ebitda del orden del 20%, lo que da una idea de la capacidad de la empresa para generar recursos dentro de un mercado en clara reestructuración como es el sector energético. Endesa, por su parte, ha protagonizado la excepción en la regla de incremento constante de beneficios, pero ello fue debido al hecho de que durante 2006 la compañía apuntaló sus resultados con la ayuda de beneficios extraordinarios y no recurrentes. En todo caso, la eléctrica que ahora capitanea José Manuel Entrecanales ha formulado cuentas con 2.675 millones de beneficios.

El broche dorado a toda esta satisfactoria evolución de las grandes sociedades cotizadas tendrá lugar mañana, cuando Repsol y Telefónica difundan la radiografía de su ejercicio 2007. La compañía petrolera que preside Antonio Brufau terminó el tercer trimestre con una subida de beneficios del 7,7%, un registro que podría ser ampliamente superado en 2008 a poco que se cumplan las expectativas presupuestadas por el equipo directivo de Repsol.

Más espectacular es la andadura de Telefónica, que culminó los nueve primeros meses del año con una mejora del 51% de los beneficios, totalizando los 7.848 millones. El cuarto trimestre va a permitir a Telefónica batir todos sus récord históricos de resultados sin superar el listón marcado por el Banco Santander, pero asegurando un efecto arrastre que permitirá futuros crecimientos de beneficios para 2008 de, al menos, dos dígitos.

Cabe señalar que, por lo general, los departamentos financieros de las grandes compañías se han curado en salud con vistas al cierre del presente ejercicio para evitar sustos que puedan incidir negativamente en la cotización bursátil. Si algo temen las empresas españolas es caer en falsos triunfalismos que luego se traducen en peligrosos avisos al mercado en forma de «profit warnings».

El conservadurismo de los gestores a la hora de formular previsiones es también una buena noticia para los asesores de Zapatero. Los economistas de Moncloa están convencidos de que las grandes empresas se quedarán cortas en sus estimaciones de beneficios, lo que permite al Gobierno asentar sus expectativas económicas con la garantía de que, al menos, las sociedades cotizadas en Bolsa no van a producir mayores quebraderos de cabeza. Todo un consuelo para el presidente del Gobierno con vistas al próximo debate con Mariano Rajoy.