La voz de Barcelona


No parece que la intensificación del discurso independentista que ha caracterizado a Artur Mas desde su llegada a la Presidencia de la Generalidad, con su famosa hoja de ruta hacia el derecho a decidir, esté teniendo una calurosa acogida en el extranjero. Por lo menos, eso es lo que se deduce de las visitas que, esta semana, han realizado a Cataluña dos políticos de la talla del primer ministro del Quebec, Jean Charest, y del ex primer ministro de Italia y ex presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi.

Durante una entrevista realizada este martes en RAC1, aprovechando su estancia en Barcelona para participar en una conferencia junto al ex presidente de la Generalidad, Jordi Pujol, Prodi ha descartado rotundamente la posibilidad de una futura secesión de Cataluña, y ha insistido en que “nos encaminamos hacia una cooperación cada vez más estrecha entre los países”.

Preguntado por su opinión sobre la reciente deriva independentista de Pujol, el político socialdemócrata ha señalado que le conoce desde hace muchos años, le ha calificado de “padre honorífico” de Cataluña, y ha asegurado que, aunque es “una persona que expone una doctrina, también es una persona muy pragmática” que es “muy consciente de los límites”.

“La independencia hoy no va de la mano de la globalización”

“El problema de las autonomías es un problema serio e importante, porque se ha de intentar responder a las necesidades y los deseos de los pueblos, pero creo que la independencia hoy no va de la mano de la globalización, un fenómeno que no perdona. De hecho, creo que el espíritu europeo, que es el que nos ha permitido tener esta amistad con el presidente [autonómico] Pujol, es el que creo que guiará el futuro de Cataluña, el futuro que esperamos que sea el más idóneo para esta Comunidad”, ha añadido.

Prodi también ha destacado la importancia de controlar el déficit público en la actualidad, y en el caso de España, especialmente en las CCAA. “El problema del control del gasto regional y del gasto autonómico es común en todos los países. Podríamos decir que el gasto local se ha ido equiparando, poco a poco, al gasto nacional. En este sentido, hay que aplicar la misma disciplina a los gobiernos autonómicos que al Gobierno central, porque las CCAA han adquirido más importancia hoy en día, pero ser más importante también es sinónimo de asumir más responsabilidad. Es un problema que está en el debate político de todos los países, y España no es una excepción”, ha concluido.

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Jarro de agua fría quebequés

Por si eso fuera poco, la visita que este martes ha realizado a Cataluña el primer ministro de Quebec, Jean Charest, en el marco de una gira mundial para presentar un plan para captar inversiones para desarrollar el norte de la provincia canadiense, tampoco parece haber surtido el efecto que el presidente de la Generalidad, Artur Mas, deseaba.

Quebec ha sido durante mucho tiempo un espejo donde el nacionalismo catalán se ha mirado, debido a que cuenta con un alto porcentaje de independentistas que en las últimas décadas han conseguido forzar la celebración de dos referendos secesionistas que, sin embargo, perdieron.

Charest subraya las diferencias entre Quebec y Cataluña

La rueda de prensa posterior al encuentro entre Mas y Charest fue utilizada por el presidente de la Generalidad como si de un mitin electoral se tratara, afirmando que “Canadá es mucho más respetuoso y comprensivo con Quebec de lo que es el Estado Español con Cataluña”, reivindicando para la Generalidad un sistema fiscal equiparable al de la provincia canadiense, y elogiando la situación de Quebec porque sus ciudadanos pueden ejercer “el derecho a decidir” libre y unilateralmente “su futuro”, al contrario de lo que ocurre en Cataluña.

Mas trató de trazar un paralelismo entre ambas regiones, asegurando que son naciones sin estado que reclaman “reconocimiento y respeto”, con el objetivo de conseguir la complicidad del mandatario quebequés. Sin embargo, la respuesta de Charest no fue la esperada, y señaló que, aunque él se define como nacionalista, se opone a la independencia de este territorio ya que se siente muy cómodo con Canadá, y destacó que en Quebec hay “una cierta fatiga en relación al debate” secesionista:

“A veces, las palabras no significan exactamente lo mismo en un lugar que en otro. Por ejemplo, soberanista querría decir, para algunos, independentista, pero eso no es lo mismo en todas partes. Yo soy, por ejemplo, nacionalista pero creo en las federaciones, en la federación canadiense, en la pertenencia a los grandes conjuntos. La experiencia de nuestros dos países es diferente, no tenemos la misma historia ni el mismo pasado, aunque compartimos muchas cosas. […] Yo no puedo hablar sobre la situación catalana porque la desconozco en profundidad”.