El entorno de ETA intentará poner en marcha una campaña de acoso en los municipios por los que pasará el Tren de Alta Velocidad (TAV), con ataques que se dirigirán tanto a las obras como a los concejales de esas localidades, según un documento difundido entre la izquierda radical. «En los pueblos el ambiente debe convertirse en insoportable para los responsables del proyecto, sobre todo concejales y alcaldes», afirma el texto, que alude explícitamente al PNV.

Pintadas contra el TAV aparecidas en unas dependencias del Ayuntamiento de Ordizia. / LOBO ALTUNA
EL CORREO| BILBAO
El entorno de ETA intentará poner en marcha una campaña de acoso en los municipios por los que pasará el Tren de Alta Velocidad (TAV), con ataques que se dirigirán tanto a las obras como a los concejales de esas localidades, según un documento difundido entre la izquierda radical. «En los pueblos el ambiente debe convertirse en insoportable para los responsables del proyecto, sobre todo concejales y alcaldes», afirma el texto, que alude explícitamente al PNV.
«Si hay alguien que puede parar el TAV es el PNV» por lo que «hay que exigir a alcaldes y concejales que paren el proyecto», subraya el documento, de 10 folios, que encomienda el «movimiento popular» a un colectivo denominado Ekarlan, que «aglutina gente que está organizada y diferentes agentes políticos y sociales». Su principal iniciativa sería una «marcha nacional» contra el proyecto ferroviario, que entre el 5 y el 31 de mayo recorrería las comarcas por las que pasará el tren y culminaría con una manifestación en San Sebastián. Los papeles mencionan a otro grupo, ‘S’, que buscaría generar «debate y tensión» y a las asambleas juveniles, encargadas de «informar a la juventud, concienciarla y unirla a la lucha».
Fuera de Ekarlan y «sin pisar» sus iniciativas, otros elementos deberían encargarse de las estrategias de acoso, donde «sería importante que estén en nuestro punto de mira los ayuntamientos». La intención es centrarse en los políticos, ya que si un empresario amenazado deja las obras, «otro cogerá el testigo».
Los autores de esta campaña prevén actuar contra los propios tajos, aunque reconocen que será muy difícil por las medidas de seguridad. Proponen también negarse a abonar los servicios de transporte «para que no perciban dinero las personas que hayan participado en la construcción del tren».
A este respecto, la Asociación de Municipios Vascos (Eudel) reiteró ayer su apoyo a los ediles amenazados, así como al TAV, un «proyecto estratégico que supondrá cohesión y calidad de vida para las personas.